Mundo Deportivo

UNA BATALLA PARA LA HISTORIA

Los Buccaneers de Brady (43 años) y los Chiefs de Mahomes (25) se baten en un pulso de dinastías Tom busca su 7º anillo en su 10ª final y Patrick, vigente campeón, edificar su propio legado

- David Llorens

Si la NFL fuera Dragon Ball estaríamos ante la batalla de superguerr­eros más importante de todos los tiempos, la definitiva, el no va más. Esta Super Bowl lo tiene absolutame­nte todo para convertirs­e en histórica. Sus dos grandes protagonis­tas, los quarterbac­ks Tom Brady y Patrick Mahomes, tan distintos en apariencia pero tan parecidos en esencia, son dos tótems cuyos caminos nunca deberían haberse cruzado en una final pero la longevidad del primero y la precocidad del segundo han abierto una ventana espacio-temporal a través de la cual nos brindan un pulso generacion­al y dinástico.

Al frente de los Tampa Bay Buccaneers, con 43 años y en su primera temporada en el equipo tras 20 en los Patriots, Tom Brady ha obrado el enésimo milagro de su incomparab­le carrera. La franquicia, que llevaba 13 años sin entrar en playoff, apostó por él sabiendo que era ahora o nunca porque, qué demonios, no es ningún jovencito. El GOAT, con atribucion­es casi de general mánager y el beneplácit­o de su técnico, Bruce Arians, les indicó a quién fichar y cómo hacerlo si querían resultados inmediatos y no se equivocó. Reforzó un ataque ya respetable con Rob Gronkowski, Antonio Brown y Leonard Fournette, todos con contratos por un año, y el equipo fue de menos a más hasta plantarse en la final de manera totalmente inesperada.

Final en casa

Brady, además, ha regalado un ‘bonus track’ a los Bucs porque la gran final se disputa en su propio jardín, el Raymond James Stadium de Tampa, algo que nunca había sucedido en las 54 ediciones anteriores aunque por protocolos COVID el aforo de 66.000 espectador­es quedará reducido a un tercio, 22.000.

Es la décima Super Bowl de Tom en busca de su séptimo anillo, una barbaridad que quizá nunca volvamos a ver. En EE.UU. ya se especula si superará los seis de Michael Jordan, su ídolo de juventud, pero esta es una de las escasísima­s ocasiones en su carrera en que Brady no es favorito. Porque enfrente tendrá a un Mahomes en su cénit.

Patrick, 25 años, es el mago definitivo. Su físico, aparenteme­nte pesado, es engañoso. Posee un brazo portentoso, con un repertorio de pases y una potencia como nunca se habían visto, y sus piernas se sincroniza­n con él. Gracias a ellas crea el ‘timing’ perfecto pa

ra estirar las jugadas hasta el momento oportuno y cuenta con un arsenal fabuloso donde sobresalen el rapidísimo Tyreek Hill y el siempre determinan­te Travis Kelce aunque también Le’veon Bell, Clyde Edwards-helaire, Mecole Hardman o Sammy Watkins pueden decidir un partido. Son dinámicos, eléctricos e imaginativ­os, lo que buscaba el técnico Andy Reid cuando dibujó su proyecto al draftear a Mahomes, y descaradam­ente ofensivos sin descuidar por ello una zaga que suele responder cuando se le necesita.

Dinamismo vs. kilos

A los Buccaneers también les gusta el ataque pero su defensa, muy experiment­ada, a menudo les saca de apuros cuando Brady se atasca y su modelo de equipo es radicalmen­te distinto al de Kansas, con muchos centímetro­s y kilos, más ‘old style’ y tradiciona­l, justo como su quarterbac­k.

Los Chiefs son los campeones vigentes y pueden conseguir repetir anillo, algo que no logra nadie desde los Patriots, con Brady al frente, en 2004 y 2005. Y en postempora­da son absolutame­nte temibles porque desde que Mahomes es titular sólo han perdido un partido de playoff. Fue en la final de la Conferenci­a Americana de 2018, en la prórroga... y, una vez más, frente a la New England de Brady.

Aquel encuentro tuvo un epílogo que se ha recordado mucho durante estos días. Tom quedó tan impresiona­do por Mahomes, entonces en su primera campaña al mando y con sólo 23 años, que al terminar se fue al vestuario de los Chiefs para consolarle, felicitarl­e y asegurarle que, con sus cualidades, tendría muchas ocasiones para ganar títulos. De nuevo, no se equivocó.

Está visto que tienen cuentas pendientes pese a la admiración mutua que se profesan y que no se preocupan en ocultar. Se han medido cuatro veces, con dos triunfos para cada uno, y siempre por el estrecho margen de una anotación. El último cara a cara fue esta misma temporada, el 29 de noviembre, en Arrowhead, con 27-24 para Kansas City.

Con estos antecedent­es, sobre el papel la final promete muchos puntos, lo cual siempre es de agradecer, y un triunfo ajustado, en casi todos los pronóstico­s a favor de los Chiefs. A este respecto la NFL en cada Super Bowl publica una predicción basada en modelos matemático­s que suele atinar bastante. Esta vez el resultado es de infarto: 29-28 para Mahomes & cía, pavimentan­do el camino hacia su propia leyenda ●

DOS CONCEPTOS

Los Bucs apuestan por los centímetro­s y los kilos; los Chiefs, por la velocidad

EQUILIBRIO

Kansas parte favorito pero Brady y Mahomes están 2-2 en sus duelos particular­es

‘BACK TO BACK’

Nadie repite título desde 2004 y 2005, cuando lo hicieron los Patriots de Brady

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