Sin frescura

Quien tiene un Mendy tiene la piedra filosofal. ‘Echó’ a un adversario y marcó el 0-1 en el 86’, cuando el encuentro tendía hacia el empate. Al Madrid le faltan jugadores y oxígeno, pero no ambición, aunque limitada. Atracar un banco es complicado si no te acercas a la ventanilla y no ganas un partido si no pisas el área o sus inmediaciones. Pero si ves que la caja está abierta, también sin vigilancia, y no coges el dinero y corres, es como si al contrario le quitan una pieza y persistes en jugar sin delantero centro.

El Madrid no se excusó en la pila de bajas, cierto; con lo imprescindible para formar un once decente no cayó en la tentación de especular y, en la primera visita al portero Gollini, Freuler hizo falta a Mendy en la frontal. El árbitro interpretó que era jugada manifiesta de gol y con rigor excesivo expulsó al infractor y el Atalanta se quedó con diez con más de 70 minutos por delante. Moraleja, el árbitro no te hace un favor si no pruebas los reflejos del meta y no le haces un gol al arcoíris si no recurres al ariete que tienes en el banquillo.

Hasta el minuto 58, Zidane no metió a Mariano, en lugar de

Vinicius, que había fallado dos ocasiones manifiestas. En igualdad numérica Courtois no intervino. El Atalanta, sin los dos goleadores (se lesionó Zapata y

Muriel fue sustituido), optó por guarecerse, ¡qué remedio!, y defender la posición del portero. Con el paso de los minutos quedó de manifiesto que al reiterativo equipo de

Zidane le falta frescura. Pero gana y las carencias se le notan bastante menos que al Atlético y al Barça, y además de tener suerte, tiene a Mendy, ahora decisivo ●