Mundo Deportivo

MONSIEUR OUSMANE

→ Dembélé salva in extremis una victoria imprescind­ible y pone Laliga a tiro → El Barça regaló el primer tiempo a un Valladolid que tiró al palo y acabó con diez con polémica

- Joan Poquí

El Barça sufrió mucho y rozó un tropiezo gravísimo, pero doblegó la resistenci­a del Valladolid y se sitúa ya con el liderato liguero a tiro. Evitó lo que habría sido imperdonab­le Dembélé, gran protagonis­ta de la reacción en la segunda parte después de haber regalado la primera. Un gol tardío logrado a la desesperad­a, con épica, cuando el partido se había complicado mucho en un primer tiempo impropio, premió el esfuerzo del equipo azulgrana, que si tuvo una virtud fue la de no rendirse. Con más corazón que cabeza, reaccionó al final ante un Valladolid que acabó con diez por una protestadí­sima expulsión de Óscar Plano por entrar por detrás (con las dos piernas) a Dembélé y que pidió unas manos de Alba dentro del área. A los noventa minutos, Araujo bajó con la cabeza un centro de De Jong, remató Dembélé y Laliga está finalmente a tiro para el Barça.

Un Valladolid muy serio, muy bien situado, sorprendió en un primer tiempo inesperado, en el que los de Sergio dominaron a los puntos a los azulgranas y aprovechar­on las pérdidas de balón del Barça con despliegue­s poderosos a los que faltó una buena definición. De Jong y Messi, apercibido­s de cara al

Clásico, jugaron. Y es que en la pizarra, el Barça salió con todo. Pero después, en el césped no fue así. No parecía que el Barça se estuviese jugando el título. Aunque Pedri acabó nivelándol­o con un palo casi al descanso, el Valladolid había maniatado al Barça y se había atrevido incluso a amenazar con un remate al larguero. El conjunto de Koeman se parecía poco al equipo poderoso anterior al parón de seleccione­s.

A todo esto llegó el factor-silbato, tan criticado por el Valladolid en el tramo final y tan perjudicia­l para el Barça al inicio. Que el listón de las faltas iba a estar bajo quedó claro muy pronto, cuando el señor colegiado permitió un agarrón-empujón, dos al precio de uno, de Roque Mesa sobre Messi, en el primer intento del crack por romper la presión del Valladolid, que había arrancado sin complejos y con algún que otro acercamien­to, como un centro al área que Lenglet quitó de la testa de Kenan Kodro cuando el delantero ya se aprestaba al remate. Poco después, tampoco ‘vio’ un codazo de Alcaraz a la cara de Griezmann.

Alarma: balón a la madera

Kodro, segundo delantero en el esquema del técnico pucelano junto a Sergi Guardiola, mandó la pelota al travesaño al rematar de cabeza un centro de Janko, en una jugada que confirmaba que el Barça no había entrado en el partido como si se estuviese jugando el título. El Valladolid, que volvió a probar suerte en una llegada de Nacho con centrochut y en dos tiros de Mesa, había estado más cerca del gol en un primer acto azulgrana poco tenso.

Además, a los tres avisos del Valladolid se unió el festival del señor colegiado (Don Jaime), que completó su ‘hat trick’ cuando ignoró una falta clamorosa de Olaza sobre Dest al borde del área. La duda es si pisó al lateral azulgrana fuera o dentro. Pero que era falta sólo el señor colegiado no lo quiso ver.

Pese a un primer tiempo muy espeso, el Barça se fue al descanso con el tiro a la madera de Pedri. El canario, cuando De Jong ya había decidido saltarse la pizarra y dejar su puesto de líbero para subir al ataque, culminó rematando al poste una jugada colectiva, con pase atrás final de Messi. El holandés ya se quedó en la medular tras el descanso, en un cambio de dibujo en busca de una reacción.

Dembélé se situó a la derecha del ataque (a la izquierda cuando entró Trincao) en un 4-3-3 y sacudió el juego. Generó una falta que Messi no pudo aprovechar y remató después un pase de Leo en una transición que acabó con rechace de Masip, que poco a poco iba agigantánd­ose conforme el Barça comenzaba a achuchar. Aún cabeceó fuera Griezmann. A pesar de que el Valladolid salía a la contra aprovechan­do que el Barça se había estirado y pidió una mano de Alba en el área (una acción que el señor colegiado interpretó como involuntar­ia), el conjunto azulgrana encaró el tramo final lanzado a por la portería de Masip, que detuvo una falta de Messi y un chut de Trincao, pero condenado a un intercambi­o de golpes envenenado, con llegadas como una muy peligrosa de Olaza.

La expulsión

Chutó Messi desviado, Dest llegó (pocas veces anoche) y asistió a Braithwait­e. Llegada a llegada, el Barça se acercaba a la portería de Masip. Y explotó la indignació­n blanquivio­leta: una entrada por detrás de Plano a Dembélé cuando se internaba fue castigada con roja directa por el señor colegiado. Una roja polémica y rigurosa. ¡Ojo!, por detrás, deliberada­mente y con las dos piernas. En cualquier caso, con un criterio muy distinto al del primer tiempo, cuando Don Jaime se saltó un penalti a Dest entre otras delicias. Y finalmente, a la desesperad­a, el premio al empuje: un centro de De Jong lo bajó Araujo para el remate de Dembélé. Laliga, a tiro del equipo de Koeman ●

51 puntos de 57

El Barça sólo ha cedido tres empates (en casa ante Valencia, Eibar y Cádiz) en las últimas 19 jornadas ligueras

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FOTO: GETTY Roja a Óscar Plano Por una entrada muy dura por detrás

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