Mundo Deportivo

Vuelve el Barça que lo quiere todo

- Josep M. Artells DIRECTOR ADJUNTO

Elogiado por Deschamps tras mas de dos años de ausencia con Francia, titular con Koeman en su cuarta temporada en el club y próximo a ser llamado para hablar de la renovación tras estabiliza­rse, un gol de Dembélé en el minuto 90 evitó un empate embarazoso. El tanto caído del cielo desde la cabeza de Araujo supone que el Barça aspire al doblete tras unos inicios que no invitaban a nada bueno pero que corregidos por Koeman se recuerdan lejanos. A un punto del Atlético después de recortarle hasta diez en dos meses, el Barça depende de sí mismo en la Liga (como los rojiblanco­s) y por el mismo precio rebasó al Real Madrid por el ‘goal average’, a tres del líder que, aunque sin brillo se presentará en la capital tras nueve partidos invictos. El Clásico está servido pero antes de que empiecen los tiros convendría bajar al suelo la euforia. El nivel del Barça bajó, no tuvo ritmo y padeció mal de altura ante el buen Valladolid de Sergio González que le tuteó 45 minutos. El indomable espíritu competitiv­o de los jugadores con el partido convertido en un correcalle­s salvó la noche.

KOEMAN REPITIÓ POR CUARTA VEZ LA misma alineación cuando las piernas empiezan a pesar. El holandés es obstinado y no cambiará ni el dibujo ni el ‘once’ mientras le respondan los resultados. Messi y De Jong se salvaron de la tarjeta y podrán jugar el sábado en Valdebebas, pero el argentino nunca lo tuvo claro con el arbitraje caprichoso de Jaime Latre. Hay una cierta unanimidad en que el Barça es el equipo que llega con mejores sensacione­s de los tres aspirantes, pero este diagnostic­o es engañoso a la vista de un triunfo ‘in extremis’ que llegó con el rival con diez y la perseveran­cia de Ousmane. El Barça pudo marcar antes en una doble oportunida­d de Griezmann y Dembélé pero tardó mucho en abrir las bandas y renunciar al juego por los pasillos al que le invitó el equipo vallisolet­ano. Ganar un partido gris es buena señal. A estas alturas del curso, a nueve partidos del final, ya no se puede pedir florituras. Las dinámicas pueden ser cambiantes y 27 puntos dan para muchas sorpresas y sobresalto­s todavía ●

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