La Real marca territorio

La Real defenderá en el derbi de mañana la supremacía que ha instaurado en el fútbol vasco. Una abrumadora mayoría de agentes que representan al club, desde su presidente hasta la inmensidad de la afición, ha aparcado en el segundo plano de la escala de valores que la final de la Copa haya sido contra el Athletic. El orden de prioridades es de una aplastante lógica: por encima de todo se trataba de ganar el título. Según se fue acercando la hora de la verdad, todos los atributos que rodean a un derbi vasco se fueron disolviendo ante la superlativa trascendencia de levantar una Copa, sin que importara contra quién fuera. Pudo tener que ver la ausencia de público en la grada. La importancia de la conquista admite como acompañamiento que haya sido frente al Athletic. La identidad del otro finalista también mediatiza la dimensión del éxito y la Real, por ser contra su adversario de toda la vida, ha propinado un golpe rotundo en la mesa, marcando territorio en una rivalidad histórica. La línea argumental del relato ha girado en los últimos años. Entre finales del Siglo XX y principios del XXI hubo que convivir en Anoeta con una incómoda amenaza del Athletic en el mercado, en el campo y hasta en la razón de ser, puesto que había canteranos que se marchaban creyendo que en Lezama la vida era mejor. El Athletic, como entidad seria que es, seguirá fabricando jugadores y siendo competitivo en la captación. Pero desde hace un tiempo encuentra una competencia con músculo en la Real, el club que manda en Euskadi con autoridad ●