La Liga, al rojo vivo
El Barça constató el lunes ante un gran y trabajado Valladolid que la Liga más igualada de los últimos años exigirá lo mejor del equipo en las nueve jornadas que restan.
Los culés, que sin duda afrontarán la recta final con un estado anímico impecable y con unos números que avalan el trabajo hecho–19 partidos sin perder en competición doméstica– tuvieron serias dificultades para vencer al Valladolid, que se presentó con un meritorio planteamiento defensivo que ahogó el Barça durante casi todo el encuentro. Al Barça le costó, sobre todo, la primera parte, en la que faltó velocidad, profundidad y fluidez en las combinaciones. Con Dest y Alba bloqueados, Koeman tuvo que ajustar el sistema y reanudarse con De Jong que se incorporó al centro del campo con la ida de llegar desde atrás y modificar las posiciones de Griezmann, Messi y Dembélé más en la banda, circunstancia que le dio algo más de profundidad a un Barça que buscaba desesperadamente el gol. Finalmente, la expulsión de Óscar Plano y una de las últimas acciones de Dembélé le dieron los tres puntos de oro a un conjunto azulgrana que aprieta como nunca al líder de la competición. El Atlético, está tocado pero no hundido, sigue liderando un Campeonato que no dejará escapar fácilmente y que se decidirá en las próximas nueve finales. Sin ir más lejos, la primera de estas nueve finales será una de las favoritas de cualquier aficionado al fútbol. Un Clásico que enfrentará este sábado a dos candidatos al título donde una derrota, muy probablemente, significará un golpe psicológico y le dejará atrás en la pugna por esta Liga. Ajústense los cinturones, porque el desenlace del curso augura emociones inesperadas ●