Koeman duerme tranquilo
Apesar de que en la noche posterior a un partido le cuesta conciliar el sueño por la adrenalina que concita las emociones del encuentro, Koeman es un tipo tranquilo, al que no le altera la rumorología desatada por la derrota el sábado pasado contra el Real Madrid, con la que algunos condicionan su continuidad en el banquillo del Barça, siempre que no se superase con una victoria la final de Copa del próximo sábado contra el Athletic Club.
Sus 40 años en el mundo del futbol, tanto como jugador de referencia y posteriormente como entrenador en cuatro Ligas europeas diferentes (Holanda, España, Portugal e Inglaterra), más una exitosa experiencia en la selección neerlandesa, le conceden al actual técnico blaugrana una visión objetiva de las presiones que comporta ocupar un banquillo con un stress competitivo totalmente exigente. Para Ronald no es necesario que el presidente Laporta tuviera que salir cada semana para reafirmar su continuidad, aunque sabe perfectamente de las consecuencias que podrían comportar dos derrotas consecutivas de este calado, porque alejarían al Barça de ganar algún título en la presente temporada.
Sin embargo, en sus periódicos encuentros, tanto para compartir mesa con un suculento almuerzo, como cuando comparten fila de asientos en el avión en los desplazamientos, la relación entre presidente y técnico es más que fluida. Y mucho más si a ellos se suma el vicepresidente deportivo Yuste, que ha adquirido en poco tiempo un alto grado de complicidad con el héroe de Wembley. La final del sábado ya es suficientemente importante como para que Ronald malgaste energías , en algo que no sea buscar soluciones a los problemas tácticos que puedan surgir en el choque entre los dos equipos que más títulos suman en el palmarés de la competición. Además, no se ha de olvidar que en los cerca de ocho años que ocupó anteriormente la presidencia, una de las obsesiones de Laporta, bajo consejo de Cruyff, fue la de dar continuidad a los técnicos. Así se explican las cinco temporadas que estuvo Rijkaard y las dos posteriores de Guardiola.
Uno de los problemas será, indudablemente, decidir el dibujo con que se desplegará de inicio el equipo, después de observarse, que tanto contra Valladolid y Real Madrid, los rivales encontraron la tecla para contrarrestar la superioridad que había sabido generar el Barça con el sistema 3-5-2. A cambio de experimentar una sensible mejoría en el juego en las segundas partes cuando se recuperó el tradicional 4-3-3. En ambos casos la posición de De Jong ha de resultar importantísima porque es la prolongación del entrenador en el terreno de juego.
Seguramente de la intensidad del trabajo en los entrenamientos durante la semana dependerá el retorno de Piqué en el eje central de la defensa, lo que podría liberar a De Jong de ser el central que tenga que salir con la pelota jugada. Sin embargo, Koeman no querrá asumir riesgos, porque si Gerard no está al cien por cien no se volverá a reincidir en el error de hacerlo reaparecer prematuramente contra el PSG en el Camp Nou. El remedio fue peor que la enfermedad y el equipo se rompió por la excesiva distancia que hubo entre líneas.
Conciliar el sueño con normalidad será todo un síntoma de tranquilidad, que es lo que más necesita el equipo para poder ganar el primer título de la era Koeman. Todo lo demás, ruido