Socio 14.578 Florentino 2025 – Laporta 2026
Josep Maria Bartomeu dimitió y convocó elecciones después de un Barça 1 – Real Madrid 3. Florentino Pérez, en la semana que ha convocado elecciones a hurtadillas, ha visto como su equipo ganaba al Barça de fútbol y de baloncesto. Es lo que tiene ser todopoderoso, las cosas acostumbran a salir a pedir de boca. Sólo así, y controlándolo todo, se llegan a acumular seis mandatos en la Presidencia de un grandísimo Club como el Real Madrid. Es el digno heredero de Santiago Bernabéu, por el control de lo político, lo deportivo y lo mediático. No se le escapa nada, ni en el famoso palco de las influencias ni en el césped donde se encariñó de Mourinho pero fue Zidane quien le dio las mejores alegrías. Florentino manda sin estrépito, no le hacen falta las apariciones públicas (poquísimas y calculadas) porque toda Madrid nota su sombra, alargada y tenaz. Lo percibe incluso ese vestuario que vio como vendía a Cristiano Ronaldo o alucina, ahora, al ver que no se deja amedrentar por el último sablazo de Sergio Ramos. Con el ordeno y mando, Bernabéu estuvo 35 años en el cargo, Pérez llegará a los 22… de momento.
Entre las dos etapas, Florentino suma ya seis mandatos y en esta segunda tanda siempre ha sido reelegido sin pasar por las urnas. Esta incomparecencia del rival desde 2009 también es cosa suya. Fue tan fácil como incluir dos normas en los Estatutos blancos: que el pre-aval del 15% del presupuesto lo tenían que presentar de forma obligatoria los candidatos (en el Barça es solo un marrón para el Presidente elegido) y que se necesitaban 20 años de antigüedad como socio (en el Barça basta con cinco). Así, Florentino estrechó tanto el cerco de posibles candidatos que, prácticamente, se liberó de la pereza de tener que enfrentarse a un socio en unas elecciones democráticas. Vaya desgaste. ¿Se imaginan? Tener que hacer campaña, debates, dar explicaciones… Así, con unas elecciones convocadas a contrapié, cuando ni el aspirante Riquelme las esperaba, nadie le tose. Ni hay oposición, no hay entorno y la crítica sigue siendo mínima desde que logró silenciar a José María García.
Nada que ver con el Barça y su circunstancia. Soy de los socios que prefieren esto a aquello. Me gusta que se vote al Presidente, que haya 8 aspirantes con ideas, 3 candidatos con proyecto, una campaña que dura un mundo y una precampaña que empieza tres años antes. Se provocan tormentas perfectas, se organizan tsunamis, se plantean mociones de censura y la oposición –para salvar la restauración de la ciudad- come cada semana para montar estrategias a medio y largo plazo perfectamente orquestadas.
En el Club del critica que algo queda, Laporta llega ahora al tercer mandato, en su segunda etapa, porque así lo han querido 30.000 socios. Tan vivo y tan divertido cómo democráticamente impecable.
Cuando Laporta dejó el cargo, por limitación de mandatos, Florentino ya era Presidente del Madrid. Cuando vuelve Laporta,
11 años después, el presidente blanco sigue ahí, en el palco del poder, sin un solo voto a favor.
Controlarlo todo era esto. Ni más ni menos ●