Mundo Deportivo

QUE LA FIESTA NO PARE

→ Técnico y jugadores del Barça, convencido­s de que la Copa ganada el sábado es solamente un comienzo → Koeman se mantuvo en un discreto segundo plano en las celebracio­nes en Sevilla pese a su gran alegría → El sprint final por el título liguero puede r

- Joan Poquí

→ El estado de ánimo del Barça ha dado un giro de 180 grados. Ganar el primer título de la era Koeman ha supuesto la inyección definitiva de confianza y autoestima. La fiesta por la consecució­n de la Copa del Rey comenzó en el mismo césped de la Cartuja, prosiguió en los vestuarios, el hotel y el avión y acabó al llegar a Barcelona, con cada jugador en su casa y con Koeman posando con la Copa en la Ciutat Esportiva. Ahora, de lo que se trata es de hacer que la fiesta siga.

Gerard Piqué, que lideró los festejos, anunció en un tuit la misma noche del sábado que “esto no ha acabado, esto acaba de comenzar”. El propio Ronald Koeman expresó sus sentimient­os ayer por la mañana, también a través de twitter: “¡Qué noche tan extraordin­aria! Gran actuación y nuestro primer título como equipo. Visca el Barça i visca Catalunya!”, escribió en la red social. Y de eso se trata: la Copa del Rey de 2021 puede ser el primer éxito de un nuevo ciclo ganador del Barça y debe impulsar, como deja claro Koeman al hablar de “nuestro primer título como equipo”, a un proyecto deportivo que ha ido superando dificultad­es para evoluciona­r en su primer año.

Que Koeman es una parte fundamenta­l en ese desarrollo del equipo es indudable, a pesar de que la noche del sábado cedió todo el protagonis­mo de la fiesta a los jugadores e incluso al presidente, Joan Laporta, que es quien al fin y al cabo refrendará o no la continuida­d del héroe de Wembley al frente de un proyecto que se ha ganado a pulso el calificati­vo de ‘ilusionant­e’.

La discreción de Koeman

En la foto de la celebració­n en el césped del estadio de la Cartuja a Ronald hay que buscarlo. Aparece a un lado, discretame­nte. En las imágenes de la felicitaci­ón de Laporta y Yuste en los vestuarios al técnico ni se le ve. Fue en el avión, a la hora de las fotos más institucio­nales, cuando Koeman adquirió una presencia más prepondera­nte en los festejos. Aparece sonriente, feliz y muy esperanzad­o de cara al futuro. Satisfecho por el trabajo realizado.

Es ahora cuando hay que refrendar lo insinuado en Sevilla, donde

LAS CLAVES

El tuit de Piqué 1 “Esto no ha acabado, esto acaba de comenzar”, aventuró el central

Ocho finales más 2 Koeman sabe que no puede relajarse en lo queda de temporada

Euforia

3 Fiesta desde La Cartuja hasta la llegada a la Ciutat Esportiva

no hay que olvidar que tres meses atrás se había perdido una final ante el mismo contrincan­te. Es una Copa y no hay que negar que en el Barça los éxitos y los fracasos se miden en Ligas y sobre todo en Champions: ganar un doblete más una Liga, por ejemplo, no eximió a Ernesto Valverde de una cruel persecució­n por parte del entorno. Tampoco Koeman está exento de críticos, pero haber ganado la Copa es un primer paso para ganarse el consenso para desarrolla­r su proyecto como entrenador del club de su corazón. Es sólo eso, un primer paso. Pero es un primer paso que puede dar paso al siguiente. Si se corta el proceso no lo habrá.

La próxima fiesta puede darse este año o no, pero en cualquier caso es ahora cuando Koeman y el equipo deben refrendar que van por el buen camino. Por delante, ocho finales más para intentar el asalto a Laliga o, por lo menos, para ganarse una bola extra de cara a la próxima temporada ●

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