El líder vence, convence y crece
→ Los goles de Correa y Carrasco ante el Huesca permiten al Atlético mantener la ventaja ofreciendo buenas sensaciones para lo que viene
→ El Atlético de Madrid sigue aguantando la presión, al derrotar al Huesca (2-0) en el Metropolitano con tantos de Correa y Carrasco. Buen partido del líder, que fue superior y que se rearma para el último sprint de la temporada con hombres como Lodi o Herrera destacando, además de los goleadores y del siempre presente Llorente.
La goleada del domingo al Eibar le había permitido al conjunto rojiblanco recuperar confianza y sensaciones. Algo que se vio nada más comenzar el choque ante el Huesca. Un equipo más alegre, menos agarrotado, mirando a la meta contraria, mejor físicamente... Un Atlético más reconocible, por resumir. Y eso que le seguían faltando tres jugadores clave: Luis Suárez, Lemar y Joao Félix.
La presencia de Herrera en el medio le da otro aire al cuadro colchonero. Veremos cuando enfrente esté un rival más potente e intenso, pero de momento, con balón y tiempo para pensar, el mexicano es el que proyecta el ataque. Durante la primera mitad, hizo falta más de una mano para contar sus pases orientados a la espalda de la defensa para las entradas de Trippier y Lodi. Así llegaba todo el peligro de los de Simeone, con los dos laterales muy incisivos, alternando sus subidas para poner en apuros a la línea de cinco que presentó Pacheta en el Metropolitano.
Por cierto, que el Huesca fue el primero que golpeó, pero Oblak evitó que el Atlético besara la lona. Un córner en el minuto 3 dejó el balón muerto a Siovas en la línea del área pequeña. Pegó no demasiado bien el griego, y el esloveno, bien colocado, evitó un susto inicial. A partir de ahí, sólo hubo un equipo sobre el césped. E iba de rojiblanco.
La mejor de los colchoneros llegó en el 10’, con una doble parada de Álvaro a Carrasco primero y a Saúl después, tras la enésima combinación entre Trippier y Llorente por la derecha que acabó con centro del madrileño. El belga tuvo otra después, pero disparó raso y flojo. Las oportunidades no eran claras, pero las llegadas sí daban sensación de peligro. Como decimos, siempre por banda, con Herrera como lanzador, escoltado por Koke y Saúl, más tímidos a la hora de arriesgar, pero bien en lo táctico.
La primera vez que se animó el capitán, fue decisiva. Vio la carrera (otra más de Trippier). Pase medido de 50 metros que llevó al inglés a la línea de fondo. Ahí retrasó para Llorente, que buscó a Correa. Y ahí se paró el tiempo. Porque el argentino no devolvió la pared, que es lo que pedía la jugada. Controló orientado a la portería para dejar atrás a Pulido. Hizo lo propio con Insua y disparó con la izquierda. La bola tocó en el capitán oscense y canterano rojiblanco, antes de entrar en la portería. Golazo. Tercero en dos partidos y, como hace cuatro días, de nuevo para abrir la lata. Perece otro el argentino, al que le favorece enormemente jugar arriba en lugar de en la banda.
No cambió el gol ni el descanso al Atlético, que salió decidido a finiquitar el compromiso. La tuvo Koke, casi a bocajarro pero escorado, e intervino Álvaro. Tampoco cambió el plan Pacheta, que había reservado jugadores para la final del domingo ante el Getafe, confiando en un bajón de los colchoneros o un exceso de confianza de los de Simeone. Reclamó penalti Llorente por un manotazo de Pulido en el área, parecido al codazo de Savic a Rioja que sí lo fue.
Y llegó la sentencia. La firmó Carrasco, pero la protagonizó Llorente, que robó un balón en el área para dejársela a placer al belga, que sólo tuvo que empujarla. Lo celebró después, tras más de un minuto de deliberación del VAR por posible fuera de juego.
Entraron Kondogbia y Torreira y justo después, Vitolo y Felipe. Justo triunfo del Atlético, que vence, convence y crece para el tramo final del campeonato ●
Correa abrió la lata, Carrasco la cerró y buena actuación de Lodi y Herrera