Una crónica para la historia
Un documental sintetiza cómo la pandemia afectó al mundo del deporte en EE.UU.
En la plataforma HBO pueden encontrar el documental ‘El día que se detuvo el deporte’ del director Antoine Fuqua. El título no engaña. Relata lo que sucedió en el mundo del deporte en Estados Unidos a partir del momento que la pandemia obligó a cancelar todas las competiciones y entrenamientos. El arranque es impactante porque empieza con un montaje épico de los momentos más emocionantes del deporte en distintos ámbitos: baloncesto, tenis, gimnasia, esgrima, hockey, fútbol americano o béisbol. Las imágenes juegan a mostrar la intensidad del juego y, sobre todo, la conexión con el público que está en las gradas.
Se trata, en cierto modo, de evidenciar la energía que se produce en estadios y canchas. Y, de repente, fundido a negro. El silencio. El vacío. La nada. Se apagan las luces. Y empieza una crónica de una hora y veinte minutos donde se convierte al espectador en testimonio de las interioridades del confinamiento del mundo del deporte: a través de videollamadas las grandes estrellas nos cuentan la primera vez que escucharon hablar sobre el coronavirus, los jugadores de la NBA nos explican la perplejidad con la que vivieron la cancelación de la competición estando en la cancha a punto de jugar, o lo que sintieron al descubrir que algún compañero suyo había dado positivo en el primer test de control. La historia evoluciona hacia cómo se adaptan a vivir encerrados. El documental combina los vídeos caseros de muchas de estas estrellas del deporte con entrevistas durante el periodo de confinamiento más estricto.
‘El día que se detuvo el deporte’ acierta en incorporar la irrupción del movimiento ‘Black lives matter’ en plena pandemia y profundiza en cómo se entrecruzan estas circunstancias. A medida que avanza el relato van apareciendo gráficos estadísticos que muestran la evolución de las infecciones por coronavirus en Estados Unidos. En algún momento, la historia parece estancarse, como si no supiera encontrar un clímax narrativo en el que desembocar. Quizá ahora el documental resulte algo reiterativo o saturante porque todavía estamos inmersos en la pandemia y el deporte no ha recuperado la normalidad. Pero, sin duda, es un buen documento para la historia.
En el futuro, los que no vivieron la pandemia descubrirán en ‘El día que se detuvo el deporte’ un relato tan asombroso como surrealista y preocupante ●