Sí, el mejor de la historia
Es difícil encontrar un nivel comparativo eficaz distinto al cuantitativo. Es posible y depende de cada deporte, pero en tenis, quien gana más Grand Slams es el mejor. Y Rafa Nadal lleva 22, dos más que esos compañeros extraordinarios de la mejor trilogía tenística (Djokovic y Federer) y por eso es el mejor de la historia. 22, esa es la cifra mágica. La impresionante son los 14 Roland Garros, “el mejor torneo del mundo” según el propio Nadal, pero lo que marca la gran diferencia mundial son los 22 Grand Slams. De ellos, 14 en París, con una afición que empezó al inicio de su carrera de uñas y ha acabado rendida a un jugador superlativo que ayer, en el discurso de la victoria, dejó claro que iba a seguir. El deporte lo agradecerá.
LAS CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS, FÍSICAS
y mentales de Nadal son conocidas. Es el que tiene la media más alta de las tres si se puntuara por separado cada una de ellas y se sumaran y dividieran en comparación con sus colegas de éxitos. Pero el que está más cerca a los valores realmente importantes del deporte es Nadal. Siempre respeta al adversario, nunca busca enemigos ni excusas, se formó en una educación deportiva escrupulosa en el esfuerzo y la humildad como las bazas más importantes para conseguir el triunfo. No se le recuerda arrogancia o desprecio. Es un deportista en mayúsculas, capaz de darlo todo siempre.
HA HECHO QUE EL DOLOR SEA
consustancial a la competición y convive con una lesión crónica e incurable. Cundo parecía que estaba justo de gasolina, dio una exhibición de depósito lleno en una final que ganó de calle, ante un alumno de su academia. Nadal es grande por su tenis, por el número de Grand Slams y Roland Garros que ha conquistado, pero sobre todo por los valores de los que hace gala no solo en una pista donde es un competidor impresionante sino también fuera, que es donde cuesta más exponerlos. Pero sí, es el mejor tenista de la historia. Eso, hoy, no se lo puede quitar nadie ●