Mundo Deportivo

”el mayor desafío del béisbol es Hacer que los niños se diviertan”

- manel montilla marta Pérez

→ Hace unas semanas, Charles Steinberg visitó la EAE Bussiness School de Barcelona. Steinberg es un reputado directivo de béisbol en Estados Unidos y fue una pieza clave en la maquinaria ganadora de los Boston Red Sox hace unos años. Ahora preside los Worcester Red Sox, equipo afiliado a los de Boston en las ligas menores. Con cuatro anillos de la MLB como directivo, compara los modelos de espectácul­o deportivo en Europa y en Estados Unidos.

¿Por qué visita Barcelona?

Tengo dos funciones principale­s en Estados Unidos. La primera es que soy el presidente de los Worcester Red Sox, un equipo que trabaja en la promoción de jugadores para los Boston Red Sox, en la Major League. Mi segunda función es que soy el director de comunicaci­ón deportiva del Emerson College de Boston y muchos de nuestros estudiante­s vienen en primavera a vivir una experienci­a distinta en Barcelona. Siempre me hablan muy bien de la ciudad y del Barça.

Ha podido comparar la experienci­a de ver un partido en el Camp Nou con la de ver deporte en directo en Estados Unidos. ¿Es tan grande la diferencia entre un espectácul­o deportivo europeo y otro estadounid­ense?

Ante todo, lo sano es ir y vivir la experienci­a. Ver a unas ochenta mil personas animar a un mismo equipo creo que es una manera sana de pasarlo bien. En Estados Unidos antes ibas al partido de béisbol, acababa y te marchabas a casa. Como extra igual te comías un perrito caliente.

Pero ahora, sí, los partidos se han hecho más largos porque se ha diversific­ado mucho más la experienci­a que supone acudir a ellos. Tenemos dieciséis descansos de dos minutos mientras los jugadores se cambian de campo y en ellos se ofrece la oportunida­d de ver, de hablar. A inicios de los ochenta, Los Angeles Chargers pusieron una pantalla gigante para ofrecer vídeos. Todos los equipos siguieron esta tendencia, porque se vio como una oportunida­d. Imagina que se pusieran vídeos de las canciones de Shakira en un descanso. No se quita el foco del partido, pero es una manera de entretener al público y en Estados Unidos estos elementos de entretenim­iento han experiment­ado un gran crecimient­o. Tiene un motivo: hace cincuenta años no había televisión y si querías ver a tu equipo, tenías que ir al estadio sí o sí. Pero ahora, con la televisión, tiene que haber ese aliciente para que vayas. El deporte puede ser el motor para unir a la gente.

En ese sentido, la concepción europea del deporte, ¿está por detrás de la de Estados Unidos?

No creo que esté por detrás. Los aficionado­s europeos viven el deporte de una manera diferente y no por el hecho de que en Estados Unidos se viva así en Europa debe ser igual. Por ejemplo, ¿se iría más a ver un partido si se pudiera ver a Shakira cantar en él? Nunca se sabe. Cuando propusimos el cambio en los Red Sox, había quienes pensaban que sería para bien. Otros no lo querían. Hay que saber leer cómo es una ciudad, aprender cómo es su gente. Hay que preservar lo que a la gente le gusta e ir añadiendo aspectos diferentes.

¿Cuál es la fórmula para que los deportes de Estados Unidos ganen adeptos en Europa? ¿Por qué el baloncesto ya es parte del día a día deportivo, el fútbol americano está creciendo y el béisbol aún no ha dado ese gran paso?

Es interesant­e. La internacio­nalización del béisbol se da en otras zonas. En Japón, en Corea, en Taiwán, en México, en Venezuela, en el Caribe. En Europa está siendo más lenta. Pero en junio de 2019 fui a Londres a ver un partido entre los Boston Red Sox y los New York Yankees. Era el primer partido de la historia aquí... Creo que es una cuestión similar a la del fútbol europeo en

Estados Unidos: le ha costado mucho tiempo hacerse un hueco allí. El béisbol es un deporte que en Estados Unidos se ha jugado durante más de doscientos años. Cuesta tiempo asentar algo nuevo. Así que, al igual que al fútbol europeo le ha costado asentarse en Estados Unidos, al béisbol le costará hacerlo en Europa. Pero el cambio está sucediendo con la revolución tecnológic­a.

Entonces, con esa revolución tecnológic­a, ¿es posible que la MLB llegue a tener una difusión internacio­nal similar a la de la NFL o la de la NBA? ¿En qué ha ayudado a su deporte el hecho de ser olímpico? ¿Por qué no? El béisbol es un deporte que necesita un campo de hierba, luz del sol, buenas temperatur­as, una bola, un bate. No son cosas difíciles de conseguir, es un deporte muy humano, se parece mucho al fútbol europeo.

Claro que puede ser global. Es una cuestión de tradición, de enseñar a las generacion­es, de cultura. Tanto para el béisbol como para el sóftbol ha ayudado estar en el programa de los Juegos. Creo que la próxima revolución en nuestro deporte será ver a las mujeres jugar al béisbol profesiona­l, en equipos mixtos. Como muestra, los New York Yankees ya han fichado a una mujer para ser la entrenador­a de uno de los equipos inferiores o los Boston Red Sox ficharon a dos mujeres para ser entrenador­as en su equipo de la MLS.

¿Tiene la MLB un proyecto para desarrolla­r el béisbol en Europa?

Sí. Lo estamos llevando a cabo desde hace unos años y ha supuesto la llegada de los Boston Red Sox y los New York Giants a Londres. Continuará, veremos a qué velocidad. El gran líder de los

Boston Red Sox, Larry Lucchino, decía que la clave está en cambiar el concepto. Se puede llenar un estadio en Londres o en Barcelona, pero lo difícil es hacerlo cada día.

¿Y cómo logran hacerlo cada día en Estados Unidos?

Es muy importante que las entradas sean asequibles. Nosotros, por ejemplo, nos aseguramos de que, aunque sean partidos de la MLB, las entradas sean de ocho dólares para los niños y para los estudiante­s. Pero aquí en Europa los precios en las grandes competicio­nes deportivas tienen la tendencia contraria, aumentar cada vez más...

Entonces, ¿qué modelo cree que se adapta mejor: el del deporte estadounid­ense a Europa o el europeo a Estados Unidos?

Parece que el deporte europeo es más popular en Estados Unidos. Cuando escucho a mis estudiante­s de allí, compruebo que son unos locos del fútbol europeo. Tendría que vivir en Europa para comprobar la incidencia del béisbol, del fútbol americano y del baloncesto. Pero cada vez hay más gente en Estados Unidos con camisetas de equipos europeos de fútbol. Hace diez años vino el Liverpool a un campus de los Boston Red Sox. Tuvieron un partido a las 7 de la mañana en Florida. Todo el mundo estaba en los restaurant­es para verlo. Aunque también fueron un fenómeno social en Londres los dos partidos entre los Red Sox y los Yankees. Creo que si los New England Patriots hubieran llegado a Europa en su etapa de Tom Brady, la repercusió­n hubiera sido todavía mayor.

Más allá de la expansión geográfica, ¿el otro gran desafío del béisbol es el de atraer a los jóvenes?

Sí, completame­nte. El deporte es más importante que nunca. Hablamos de aire libre, sol, aire fresco, correr, andar. Es difícil atraer a los niños porque cada vez hay más reclamos para quedarse en casa con internet y las redes sociales. Hay tendencia a un mundo solitario. Hay que exponer a los jóvenes al aire libre. Tenemos que ser capaces de hacerles salir a jugar, de decirles que no solo se trata de ver deporte, que jugar es más divertido. Tenemos que conseguir que los niños que han nacido en la época de Youtube puedan jugar y divertirse con nuestro deporte, con otros niños. Que aprendan a vivir y a divertirse juntos ●

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Foto: manel montilla Steinberg, con los cuatro anillos de la MLB ganados con los boston red sox

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