El city da miedo
→ El cuadro de Guardiola atropelló al Bayern en una noche perfecta y dejó casi sentenciada la eliminatoria
→ A falta de confirmarlo la semana que viene en el Allianz Arena, el City acaricia las semifinales de la Champions después de atormentar al Bayern, irreconocible en el Etihad: 3-0. Acostumbrado a la excelencia de los sábados y los domingos, al cuadro de Manchester le faltaba una noche sublime entre semana. Se lo reclamaban a Guardiola desde que puso un pie en Inglaterra, aunque el entrenador de Santpedor insista frecuentemente que lo normal no es ganar sino perder. Anoche triunfó por todo lo alto. Con el respeto al Real Madrid, la Champions tiene a un nuevo favorito al trono.
Con mucho respeto arrancó el encuentro, lógico cuando hay tanto en juego. Para bien o para mal, el reencuentro con Tuchel evocaba a Guardiola la noche que más cerca estuvo de alzar la Champions en esta etapa inglesa que llega a su séptimo año. La estrategia ordenaba paciencia. El City, un equipo con más volumen que el Bayern, necesitó que el Etihad encendiera la mecha para empezar a funcionar. Impermeable a la tormenta, se articuló a partir del primer cuarto de hora.
No se arrugó el Bayern porque lo tiene prohibido. Sin embargo, sin un ariete de referencia no fue lo mismo. No tuvo punto final como el City con Haaland, pese a que el internacional noruego estuvo más discreto que otras veces. Raro fue verle ejecutar un remate blando en el primer tiempo, más encogido en Champions. Entre medias Rúben Dias se interpuso con personalidad a un intento de Musiala a quemarropa. Fue un punto de inflexión.
Necesitaba el partido una genialidad para desenredarse y Rodri entró en escena. Con la clase que le caracteriza recortó a Musiala en la frontal y firmó un gol de bandera con un remate ajustado a la escuadra, con la zurda: 1-0. Cerró el puño Guardiola, tranquilo después de todo. Consciente de las intenciones de Tuchel, colocó a muchos futbolistas por dentro para comprometer la posesión a Kimmich y Goretzka, como si intuyera lo peor en esa zona.
Impuso su sello el City, pero el Bayern no hizo amago de dimitir. En la reanudación tuvo el empate en un mano a mano de Sané con Ederson, pero al brasileño se le encendió la luz. Tan cuestionado por no ser determinante en otras ediciones de la Champions, ayer se resarció en dos ocasiones. Imprescindible para explicar que la actuación del City solo pudiera ir a más y mejor. Le entró tembleque al cuadro de Tuchel, nada que ver con el que atropelló al PSG en tiempos de Nagelsmann.
Nadie representó mejor la ansiedad que Upamecano, que se entregó cuando Grealish sopló a su espalda. El francés perdió el norte, Haaland oteó al frente y le puso el cuero perfecto para el remate de cabeza de Bernardo Silva: 2-0. El segundo gol hizo trizas al Bayern,
Con el respeto al Real Madrid, la Champions tiene un nuevo favorito al trono
por entonces un equipo descamisado ante la catarata de ocasiones del campeón inglés. Fue la revancha que buscaba Pep con Tuchel desde la Champions perdida en Oporto.
El City, atómico en busca de la gloria continental, puso la sentencia a través de Haaland. No fue su mejor partido, pero ni por esas falla a su cita habitual. En un despiste defensivo, Stones aprovechó la endeblez visitante para prolongar un balón al que el noruego solo tuvo que dar el último empuje: 3-0. Aunque la prudencia sea la mejor compañera de viaje a Múnich, solo un milagro puede cambiar el destino. El City tiene las semifinales a un palmo ●