La maldición rojiblanca en el José Zorrilla
→ Los de Míchel no han ganado ninguno de sus nueve encuentros en Pucela
→ A pesar de que la clasificación diga otra cosa, el Girona viaja a Valladolid con el claro objetivo de asegurarse la permanencia en Primera División para la temporada siguiente. A excepción de la primera vez, en 1958, que Valladolid y Girona se vieron las caras en el José Zorrilla con un apabullante marcador de 8-1, todos los resultados han sido ajustadísimos, concretamente los ocho restantes.
Desde entonces, todos los partidos se han decidido por un gol de diferencia, con el permiso del único partido de Copa del Rey que abrazó a ambos equipos con un 2-0. Cada vez que el Girona ha puesto los pies en territorio blanquivioleta se ha encontrado con partidos de mucha dificultad, logrando solamente dos empates y siete derrotas.
Las visitas más recientes hablan por sí solas. Durante el curso pasado, un Girona en puestos de playoff visitó el verde vallisoletano para ver si sus aspiraciones podían medirse en los puestos de ascenso directo. Se encontró con un Valladolid de Pacheta en cuarta posición y con una de las plantillas con más nivel y más completas de la categoría de plata. Fue uno de los mejores encuentros de la Liga a nivel de espectáculo y ocasiones y, a pesar del gol de Bernardo en el minuto 45, los locales se repusieron con un tanto de Sergio León y otro de Jon Morcillo a menos de diez para el final. Cuando todo el pescado parecía vendido y viendo a un equipo que le costaba remontar los partidos fuera de casa, apareció de la nada un penalti forzado por Arnau. El VAR avisó al colegiado y, a un minuto del final, Samu Saiz sacaba un punto de un estadio muy complicado.
No es el único encuentro que dejó con gusto agridulce a los rojiblancos. En múltiples ocasiones han coincidido dos equipos que han peleado durante muchos años su ascenso a la máxima categoría. El Girona ha sabido cambiar los papeles y viene con la condición de equipo privilegiado, pero eso no hará menos peligroso a un equipo que se toma el partido como una final, pues solamente le separan cinco puntos con el descenso ●