Tradición, emoción y valores
Recorrerel Real Club de Tenis Barcelona-1899
durante la disputa del Barcelona Open Banc Sabadell–trofeo Conde de
Godó revela la razón por la que este torneo se ha constituido como una cita ineludible para las principales raquetas del circuito masculino. En plena conmemoración de su setenta aniversario, el evento sigue preservando una característica que lo hizo único desde su origen. Me refiero al espíritu de club que lo convierte, con toda seguridad, en el mejor evento de categoría ATP 500 del mundo y en uno de los torneos mejor valorados por los tenistas.
No en vano, en sus 70 años de vida el Trofeo Conde de Godó ha ido conformando un espectacular palmarés.
Puedo afirmar con orgullo que los tenistas españoles sobresalen entre un elenco de figuras de gran prestigio. Desde la victoria de
Andrés Gimeno en 1960 han ido sucediéndose los éxitos de nuestros tenistas. Manolo Santana, Juan Gisbert, Manolo Orantes, Emilio Sánchez Vicario, Carlos Costa, Albert Costa, Félix Mantilla, Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyà, Tommy Robredo, Rafael Nadal, Fernando Verdasco y Carlos Alcaraz también dejaron su huella en el Real Club de Tenis Barcelona-1899.
En ese escenario se entremezclan la tradición, la emoción y el mimo por los detalles organizativos con un firme compromiso por la innovación y la singularidad. En suma, todo ello contribuye a que el Barcelona Open Banc Sabadell–trofeo Conde de Godó siga siendo, año tras año, uno de los mejores reclamos de proyección internacional de nuestro país.
Patrocinadores, medios de comunicación y entidades públicas y privadas colaboran de manera efectiva, uniendo sinergias y aportando valor añadido, desde la confianza en el trabajo de equipo y en la suma de esfuerzos como clave del éxito. No es casualidad que el director técnico, David Ferrer, haya asegurado en esta edición la participación de muchos de los mejores tenistas del momento. Estamos viendo ya unos cruces realmente atractivos.
Queda disfrutar, en los próximos días, del desenlace de un gran evento deportivo. Estoy convencido de que las gradas del Real Club de Tenis de Barcelona-1899 se llenarán de calor y color. Los aficionados crearán una atmósfera deportiva de ensueño, para disfrute del ganador. Ojalá sea uno de los nuestros ●