El espejo es el Barça
El espejo no es el City, un club propiedad de un jeque multimillonario, que ha comprado la idea de la multipropiedad con equipos repartidos por todo el mundo, al estilo de una multinacional mercantilista, con capacidad para gastarse más de 600 millones de euros en las últimas cuatro temporadas. Un club capaz de pujar por Messi o fichar a Haaland en una operación de 200 millones de euros sin pestañear. Eso sí, tiene a uno de los mejores entrenadores del mundo que ha ido perfilando a cada equipo que ha entrenado en función de la propia evolución del fútbol, ya sea Bayern o City, y de su idea inicial del juego. Pero el espejo no es el City, el espejo es el Barça.
¿CUÁNTOS JUGADORES DE LA CANTERA
tiene el City? Posee un muy buen despliegue de relaciones públicas y buena prensa, pero apenas tres futbolistas que procedan de la base (Foden, Lewis, Palmer). Pero la gente del City acepta el relato impuesto de que es un club joven que tiene recorrido y por eso no ha ganado una Champions. Pero se fundó en 1880 y adquirió la actual denominación en 1894. Es el quinto club más exitoso del fútbol inglés y en 1960 ganó el poker (Liga, FA Cup, Copa de la Liga y Recopa de Europa). En 2008 Mansour bin Zayed Al-nahyan compró la entidad por unos 250 millones de euros al ex primer ministro de Tailandia. En 2015 fue calificado por la revista ‘Forbes’ como el quinto club más valioso del mundo por detrás del United, Chelsea, FC Barcelona y Real Madrid.
PERO EL ESPEJO REAL DEL MUNDO
del fútbol es el Barça, por eso lo intentan romper de todos lados. Desde fuera, sobre todo, y desde dentro. Y hay que creérselo. Esa es la verdadera clave. No hay mejor espejo que el FC Barcelona, un club que enseñó al mundo lo que era La Masia, un sistema de juego ofensivo y dominante y un sentimiento de pertenencia al territorio difícil de igualar. Un club en el que los socios son propietarios, aunque no manden, y que ha sabido combinar los mejores jugadores de la cantera con los número uno del mundo y ese especial gusto por jugar bien con la pelota, desde la época de su fundación. Un club entrañable más ligado al corazón que a la cartera ●