Mendilibar ya conoce los lunes de resaca
→ Encajó su primera derrota al frente del Sevilla cuando había más euforia
→ Avisó José Luis Mendilibar acerca de rebajar la euforia y no se equivocaba. Tanto pensar en Europa cuando aún no está todo hecho suele atraer a los aguafiestas. El Sevilla, el mejor equipo de la Liga en el mes de abril, empezó mayo con la primera derrota con el de Zaldibar al frente. Bautizo negro del vasco, que sumaba cinco triunfos y dos empates en sus siete primeros partidos, cinco de ellos en la Liga, los dos restantes ante el Manchester United.
El Sevilla no perdía desde finales de marzo, en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, donde encontró el paredón (en forma figurada) Jorge Sampaoli. Pero los lutos hay que pasarlos. Mendilibar ordenó cambios en el once y la situación pasó factura ante un gran Girona. Papu Gómez era titular por primera vez desde noviembre, antes de marcharse al Mundial, no apareció por el escenario Jesús Navas, toda la semana tocado, y sin sus centros a En-nesyri se le mojó la pólvora.
Con dos semanas cargaditas de partidos y una Feria por medio, al Sevilla se le atragantó el partido y cedió todo el terreno que había avanzado en San Mamés. Mendilibar ya conoció el lunes de resaca, como se conocía al primer día después de acabar la Feria antes del cambio al fin de semana anterior. La Feria acabó el pasado sábado, pero la resaca le duró al Sevilla algún día más.
Ya lo dijo Mendilibar, no se pueden hacer cuentas. Cuando el sevillismo hacía cábalas sobre alcanzar
el Sevilla, el mejor equipo de la Liga en el mes de abril, empezó mayo con mal pie
alguna plaza europea y hasta de dar caza al Betis teniendo en cuenta que hay pendiente un derbi en Nervión, llegó el Girona de Míchel y se llevó la tostada del plato.
Y todo ello en el segundo semilleno en Nervión. El club anunciaba horas antes del partido que había agotado todas las localidades, como en la noche mágica de la victoria ante el Manchester United, pero finalmente faltaron aquellos socios que estaban aún de resaca de Feria y no liberaron su asiento.
Mendilibar trata ahora de limpiar otra vez la cabeza de los suyos, pasar el duelo cuanto antes y seguir con la cabeza arriba para que no vuelvan a entrar las dudas ●
Las dos semanas cargadas de partidos y una feria de por medio pasaron factura