La primera falta directa que tuvo que parar el portero

Se cumplen dos años del último gol de falta marcado por el Barça. El de Messi en Mestalla. Desde entonces, no es que el Barça no haya encontrado sustituto al mejor ejecutor -ya sabemos que nadie llegará a los 50 tantos de golpe franco de Leo con la camiseta del Barça-, es que simplemente hemos pasado a provocar muy pocas faltas cerca de la frontal del área rival. Para no liarnos con los números, solo tres cifras. En la última temporada de Messi en el equipo, el Barça dispuso de un total de 57 faltas directas. En la temporada 21-22, la primera sin Leo, se chutaron tan solo 18 faltas. En la temporada actual, 22-23, se sigue en las mismas paupérrimas cifras: 15 faltas y basta. O, lo que es lo mismo, en dos temporadas se ha disparado 33 veces, casi la mitad de una temporada con Leo. Más allá del poco acierto en el disparo y de no tener un especialista en un equipo que quiere competir por todos los títulos, lo más significativo es que el fútbol del Barça se ha alejado de la portería rival. Lo demuestran también los pocos goles que se marcan y los pocos penaltis señalados a favor porque se pisa mucho menos el área que antes. Ya puestos a mirar los lanzamientos, el de Raphinha ante el Betis en casa, fue la primera vez en toda la temporada (1 de 15) que un disparo de falta va entre los tres palos y obliga al portero a hacer una parada. En la última temporada, quien más faltas chutó fue Memphis Depay. En la actual es Raphinha (9 de 15) y ejecutor de los cinco últimos intentos. En los entrenos, quién más acierta es Pedri. En partido oficial todavía no se ha estrenado. Jamás ha chutado ni una ●*