Mundo Deportivo

El mayor colapso en el golf

- Carles Vila i Rovira

Quizás el nombre de Van de Velde no sería hoy tan recordado si hubiera ganado el British Open de golf de 1999. Segurament­e preferiría haber sido como algunos golfistas que han ganado un ‘major’ y luego han desapareci­do. Como Paul Lawrie, su contrincan­te, a quien cedió inexplicab­lemente su trono en el famoso campo de golf escocés de Carnoustie y nunca más se supo. A su pesar, Jean Van de Velde (29/5/66, Mont-de-marsan, Francia), que traía consigo la historia del hijo de un industrial de buena posición que se oponía a que el chico jugara al golf, se hizo famoso por la mayor debacle en este deporte y, por ende, la mayor remontada en el British.

Con el agua en los tobillos

Profesiona­l desde 1987, en el Circuito Europeo desde 1989 y con un título en su palmarés (Masters de Roma, 1993), Van de Velde llegaba al British ocupando el puesto 152 del ranking. Con tres golpes de ventaja sobre sus perseguido­res, Van de Velde optaba a convertirs­e en el primer francés que conquistab­a el Open desde 1907 cuando lo hiciera Arnaud Massy. Para obtener el logro sólo le restaba el par cuatro que cerraba el recorrido del bautizado como ‘campo más difícil del mundo’.

Tras lanzar la bola a un denso ‘rough’ de hierba alta, buscó el ‘green’ pero su segundo golpe se fue demasiado a la derecha, con la mala suerte de que tocó una barandilla en las gradas y devolvió la bola varios metros atrás. Hizo otro golpe y envió la bola al canal Barry Burn.

Con los zapatos en la orilla, los pantalones remangados por encima de las rodillas y el agua por los tobillos, trató de jugar desde el canal. La marea, que empezaba a subir en esos instantes se lo impidió y le obligó a intentarlo por detrás del obstáculo de agua. Otra vez desde el ‘rough’. Van de Velde miró a su esposa que se temía lo peor y el australian­o Craig Parry confesó después que “Estaba viendo cómo se estaba enterrando. Y me dolía”. El siguiente intento también fue desastroso: el palo rasgó en la maleza y mandó su cuarto golpe al ‘bunker’ que defendía la entrada del ‘green’ por la derecha. Un golpe para salir de la trampa de arena y otro ‘putt’ final certificar­on el desastre en el hoyo 72 (seis sobre el par). El torneo se resolvió con un ‘playoff’ entre él, Paul Lawrie, que partió diez golpes por debajo el último día, y Justin Leonard. Lawrie ganó después de cuatro hoyos.

“El cerebro se le ha apagado hace 10 minutos”

Así definía un comentaris­ta de la BBC la actuación de Van de Velde. “Lo pasé mal, evidenteme­nte, no se juega para perder. Fue difícil de creer, pero lo cierto es que para mí nunca supuso un trauma” explicó después de unos años. Y añadió que “No pienso cómo podría haber cambiado mi carrera, sólo habría sido un trofeo más en mi casa”. Aunque muchos jugadores habrían abandonado, él continuó a pesar de las repetidas y dolorosas lesiones que sufrió a lo largo de los años. En el Open de Francia de 2005 llegó al ’playoff’ y se llevóelmad­eiraopende­2006, retirándos­een2008.

Fenómeno en Francia

El siguiente año, gracias a su gesta, miles d e niños franceses se apuntaron a jugar a golf. Ahora ejerce de comentaris­ta de torneos y dice sentirse ”un afortunado. Hago lo que quiero, no tengo derecho a quejarme de nada”.

De todas formas, un segundo puesto en el British Open es un resultado grandioso ●

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Foto: getty Van de Velde, con el agua hasta los tobillos buscando inexplicab­lemente una respuesta a su mala suerte en el British open
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