Las manos de Dumfries que señalaron el camino del Inter

Cuando uno ve que el Inter de Milán, cuarto clasificado en la serie A, está a punto de llegar a la final de la Champions, no puede dejar de pensar en la fase de grupos y en ese fatídico doble partido contra el Barça. En octubre, tras el 1-0 de San Siro, tanto Xavi como Laporta pusieron el grito en el cielo. Todavía hoy no se entiende que ni el colegiado Slavko Vincic ni mucho menos el VAR (Pol Van Boekel) no señalasen las claras manos de Dumfries que, a poco del final, hubieran significado el penalti del posible empate. Por una vez, el entrenador del Barça habló de los árbitros. Enojado e indignado, Xavi se desmelenó en rueda de prensa: “Es una injusticia, para mí tendría que salir el árbitro y explicarse”. Laporta fue más allá: “Nos hemos enfadado mucho. Fue vergonzoso y lo hicimos saber a la UEFA. Es un escándalo tan grande que el árbitro no pitase el penalti como que el árbitro de VAR no corrigiese la decisión”. Con el Bayern como líder de grupo, el doble partido entre culés e interistas dirimía el futuro europeo del grupo. En la vuelta, había que ganar en casa para acceder a octavos. Y ahí no falló el árbitro sino el equipo (3-3). El gol de Dembélé ylosdosde Lewandowksi no fueron suficientes. La doble empanada de Piqué, en el primer y el tercer gol italiano, prácticamente condenaban al equipo a la Europa League. Esas manos de Dumfries lo podían haber cambiado todo. No solo para el Barça, que acumula dos ridículos europeos seguidos, sino para un Inter que ya tiene pie y medio en Estambul. Xavi ya advirtió, en la mañana del sorteo, que les había tocado el grupo de la muerte ●