Tres peligrosos precedentes: cuando pegar al rival sale barato
Como dice Mateu Alemany, “a los racistas, que les caiga encima todo el peso de la ley”. De acuerdo en que se expulsen a socios de por vida, que se detengan por delito de odio o que se paren partidos, cosa que todavía no ha pasado. Tolerancia cero con el racismo. Históricamente, ninguna afición en España está libre de delito. Las fonotecas nos avergonzarían a todos de los cánticos o gritos proferidos en algún momento. También los dedicados a Araujo en el Bernabéu este año. Pero, como dijo Xavi en Valladolid, una cosa es censurar el racismo y otra es la cuestión deportiva. Despedir al árbitro del VAR ya era desmesurado y precipitado. Pero quitarle la expulsión a Vinicius por su agresión a un rival, cuando el manotazo es diáfano, no solo carece de sentido, sino que no tiene ningún antecedente y sienta un peligroso precedente. ¿Se justifica la agresión, si viene de una tángana previa? A partir de ahora, ¿no sólo rearbitra el VAR sino también el Comité de Competición? Depende del equipo agraviado. A todo ello hemos visto, en pocas fechas, como la agresividad se blanquea, y nunca mejor dicho. Fede Valverde propinó un puñetazo a Baena en el parking del Bernabéu y no pasa nada porque alegaron motivos de honor familiar. En el baloncesto Yabusele tumbó a Exum en una reyerta jamás vista en una cancha, y la Euroliga tan solo castigó al francés con cinco partidos de sanción. Increíble, pero cierto. Kevin Punter, estrella del Partizan, al ver el Madrid campeón de Europa se limitó a hacer un comentario en las redes: “si digo lo que pienso no sería muy elegante”. Pues eso ●