Dudas del nuevo Camp Nou
Renovar el Camp Nou es una necesidad. Imposible no sentir melancolía con la Liga de Venables .Elgolde Julio Alberto a la Juve que no celebró tirándose al foso como prometió. La elegancia de Schuster. El Dream Team de Koeman, Laudrup y Stoichkov. Las Ligas de Tenerife. Ronaldinho divirtiéndose. El Barça de Pep y el sextete. El 5-0 al Madrid de Mou. El ‘maradoniano’ gol de Messi al Getafe. El milagroso 6-1 al PSG. El triplete de Luis Enrique o las Ligas de Valverde y Xavi. Hay que reformarlo pero uno tiene la sensación de que se está cometiendo un grave error. La junta anterior logró modificar el Plan General Metropolitano y el consenso de vecinos y partidos políticos. Organizó un modélico concurso internacional que ganó el prestigioso despacho Nikken Sekkei con un coste de 860 millones. Se reformaba la 1ª gradería, que tiene mala visibilidad. Iban los nuevos palcos VIP. La 3ª se igualaba y se cubría. Las obras eran compatibles con seguir jugando y la licencia de obras ya estaba concedida por el Ayuntamiento tras 3 años de espera. Llegó la nueva junta y encargó a dedo la modificación del proyecto. Dos años perdidos después, las obras se han encarecido hasta 1.500 millones. La 1ª gradería seguirá con mala visibilidad. Se derriba toda la 3ª, que no tiene ningún problema de visibilidad ni estructural, para levantarla otra vez, (como construir un estadio de 30.000 espectadores a 60 metros de altura) solo para poner dos pisos colgantes de palcos VIP en el ‘gallinero’, cuando en todos los estadios modernos están cerca del césped. Se han adjudicado las obras, que obligan a un exilio a Montjuïc, a una constructora desconocida y sin experiencia en Europa que, de momento, solo podrá derribar porque no hay licencia de obras para construir. Otro error es que el césped no sea retráctil, como el del Bernabéu, ahora estadio multiusos mientras el del Barça seguirá como campo de fútbol. Por cierto, esta junta ha borrado unilateralmente el nombre de Museu President Núñez sin comunicarlo ni consultarlo al socio. Es como si el próximo presidente borrara el nombre de Johan Cruyff al Estadi de la ciudad deportiva. Muy feo ●