Los peores enemigos del deporte
La misma tarde que se estará decidiendo el futuro de los Ayuntamientos de nuestro país, el Camp Nou dirá adiós a dos mitos del primer equipo como Alba y Busquets y también dirá hasta la vista a todos aquellos abonados que durante un período de tiempo no podrán disfrutarlo, aunque tengan el sucedáneo de Montjuïc como consuelo. Una tarde repleta de emociones y empapada de intriga. Este final de Liga se está centrando esencialmente en ver quién acompaña al Elche a segunda y quién acabará yendo a Europa. Pero este final de temporada también se ha visto muy marcado por el episodio del racismo, el show Vinicius y cómo se ha victimizado al personaje hasta extremos que tienen un punto de surrealismo.
¿Hay racismo en el fútbol español? Respuesta contundente: ¡sí!, por supuesto que hay, y en muchos más lugares que no son el fútbol. Es un problema sistémico y difícil de resolver.
Y como dice el Evangelio, quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra. El problema del racismo debe abordarse desde la base, desde la educación, debe hacerse un trabajo muy profundo, y, por supuesto, deben tomarse las medidas necesarias para que no se vuelvan a reproducir episodios patéticos como el de Mestalla. Hay mucho trabajo. Pero no nos confundamos. Si ahora convertimos en mártires e iconos a aquellos que, ciertamente, han sufrido un ataque de racismo, pero tienen un comportamiento deportivo muy cuestionable, mal favor le estamos haciendo a la convivencia. Y si no somos capaces de reconocer que de racismo ha habido y hay en todos los campos de fútbol de España, nunca abordaremos las soluciones reales al problema. Racismo, machismo, homofobia, intolerancia... los peores enemigos del deporte y la convivencia