De los Grammy a la Super Bowl
→ Taylor Swift llegó a tiempo desde Japón para ver a Travis Kelce y darle el beso de la victoria
→ En la semana de la Super Bowl hay decenas de actos previos, entre ellos las ruedas de prensa de los jugadores. Y huelga decir que el más solicitado de ellos, eclipsando incluso a Mahomes, fue el tight end de los Chiefs Travis Kelce (34 años), convertido a su pesar en celebrity extradeportiva a causa de su relación sentimental con la diva del pop Taylor Swift.
Hubo muchas preguntas para Travis relacionadas con la cantante, que capeó con soltura. Una de ellas giró sobre la lluvia de premios Grammy que acababa de conseguir la artista. “Tendré que llevar algo a casa yo también”, dijo el tight end. Y cumplió. Un tercer anillo de campeón de la NFL para adornar unas vitrinas repletitas.
La diva estuvo en el palco VIP, pagado por Travis, con Ice Spice y la actriz Blake Lively
La realización televisiva de esta LVIII Super Bowl fue como los ojos independientes de un camaleón: uno enfocando lo que sucedía en el campo y otro fijado en el palco VIP del Allegiant Stadium –pagado por Travis de su bolsillo– donde la familia Kelce, Taylor Swift y alguna amiga ilustre como la actriz Blake Lively, esposa del también actor Ryan Reynolds, o Ice Spice vivían la intensidad del partido comiéndose las uñas.
Taylor llegó a Las Vegas justo a tiempo desde Japón en jet privado para hacer un obligado paréntesis relámpago en su gira mundial, que después del partido la llevó hacia Australia. Hizo lo que se suele hacer en un palco VIP: disfrutar de la Super Bowl, picar algo, beber alcohol (engulló de un trago un vaso que aún se especula si era de cerveza o de tequila) y, tras desesperarse e ilusionarse cíclicamente al ritmo de una final sin tregua, bajar al terreno de juego para celebrar el triunfo junto a Travis, estampándole
Kelce hizo una primera parte infame y tuvo un enganchón con su ‘coach’ Andy Reid
un beso en los labios, brazos al cuello, rodeada de un enjambre de cámaras.
Final feliz para un argumento melodramático, porque Travis Kelce hizo una primera parte horrenda, con una sola recepción en la que ganó una única yarda cuando suele ser el jugador más desequilibrante –junto a Mahomes, por supuesto– de Kansas City. Tan desconcertado estaba que fue a protestar un ‘play call’ a su técnico, Andy Reid, de manera tan vehemente
En la segunda sí fue determinante, con 9 recepciones decisivas para ganar 93 yardas
que casi le arroja al suelo, incidente más que tenso al que ambos quitaron hierro al finalizar la final. “Travis es muy emocional, quiere ayudar al equipo y, mira, tengo cinco hijos y le comprendo muy bien. Es un buen chico”, dijo Reid. Kelce le devolvió las flores. “Le debo toda mi carrera. Le respeto y le quiero, y él lo sabe”
Se resarció tras el descanso, con nueve recepciones para 93 yardas y en momentos cruciales, y acabó celebrando un triunfo épico en la prórroga, en la que asimismo fue determinante en el drive final.
Una vez ya campeón, alguien le preguntó si alguna pareja del mundo había tenido una mejor semana que la que él y Taylor Swift habían protagonizado. “Estoy en la cima del mundo. Y se siente muy bien”, respondió ●