Las palabras manipuladas de Deco daban en el clavo
Las últimas noches en la montaña maldita han sido un vodevil. Después del Villarreal, la dimisión diferida de Xavi tuvo escenas que serán carne de documental. Lo que pasó tras el empate con el Granada tampoco fue menor. Más allá de la bandeja voladora de comida china estampada por Laporta, hubo el revuelo por las declaraciones de Deco a un medio de Portugal, que no gustaron a Xavi. El director deportivo y el área de comunicación tuvieron que insistir, para dentro y para fuera, que la entrevista estaba mal transcrita.
Al día siguiente, el periodista de “Nascer do Sol” pasó a la sombra. Reconoció que lo de “se necesita un cambio profundo, hay un método que está agotado” no lo había entendido bien. Pues es una lástima que Deco no lo dijese porque me gusta más su no-afirmación que seguir anclados a un sistema de fútbol periclitado. Basta ya de jugar al tuntún, de saltar al campo sin instinto asesino, de pasarse el balón para leer como juega el rival en lugar de ir a dañarle desde el primer minuto. Basta ya de tirar las primeras partes, de perder los duelos físicos, de ver como los rivales (antes en Europa, ahora ya en España) siempre son más intensos, más fuertes, más rápidos y más verticales que los del Barça. Basta ya de solo sacar el orgullo (y algo de fútbol) cuando el marcador les pone contra las cuerdas. El fútbol ha evolucionado. Los grandes equipos de hoy (City, Madrid, Bayern) también tienen jugadores tocadores, pero la diferencia es que lo ejecutan todo con cuatro marchas más que los del Barça. Sin los 40 goles de Messi al año, el ADN ha quedado en paños menores ●