Mundo Deportivo

100 minutos en el Etihad

→ Como le pasó al Everton, pese a defenderse bien, los partidos se hacen eternos para los rivales en el estadio del Manchester City, hasta que acaban encajando el gol

- Xavier Hoste

Una buena descripció­n del sometimien­to que el Manchester City inflige a todos sus rivales la realizó el técnico del Everton,

Sean Dyche. Dolido por la derrota del pasado sábado en el Etihad Stadium, en los últimos minutos, después de resistir heroicamen­te con una defensa presionant­e por todo el campo, Dyche valoró con un elogio metafórico: “Finally, they put you to the sword (Al final, te pasan por la espada). Fue realmente así. El City esperó pacienteme­nte para ajusticiar a su rival. Uno más. Mañana le tocará al Chelsea resistir la ‘tortura’ del Etihad.

Uno de los detalles que distingue a los grandes equipos es la fortaleza anímica. Su confianza. Aunque sea un intangible caprichoso, que va y viene, marca la diferencia en el deporte. El dominante equipo de Pep Guardiola luce ahora esa seguridad insultante, que agiganta más su fe en el triunfo, y la impone casi siempre a sus rivales, a los que asfixia castigando sus errores de manera implacable. Lo lleva haciendo en la liga inglesa desde hace años, por eso acaban ganando los partidos y los títulos (cinco en seis temporadas y tres consecutiv­os), perseveran­do en la búsqueda del gol hasta el pitido final del árbitro.

Sus rivales saben que los partidos se hacen demasiado largos con el City, que se enfrentan a 11 jugadores seguros y convencido­s de lo que hacen sobre el campo. Después de la ‘minicrisis’ de diciembre, que coincidió con un periodo de muchas lesiones, en la que el City llegó a empatar tres partidos consecutiv­os en la Premier, ahora los ‘skyblues’ vuelven a llegar a la primavera en plenitud de facultades. Da igual que sus contrincan­tes se encierren atrás, que les presionen con acierto, como hizo el sábado el Everton de Sean Dyche. Deben cuajar el partido perfecto, apenas sin errores, porque el gol del City suele caer, aunque sea en el minuto 100 de los partidos.

Resistir ese acoso es de una compleja dificultad, y lo fue también para el correoso Everton, pese a todas las trampas que fue capaz de pergeñar un técnico tan sagaz como el inglés Dyche. Su equipo incomodó la salida de balón del City con una presión alta, evitando que conectara un solo tiro a puerta en la primera mitad, lo que no le sucedía en el Etihad desde agosto de 2022. Pero es difícil pasar tanto tiempo defendiénd­ose de jugadores técnicamen­te brillantes, sin que los ‘skyblues’ encuentren la manera certera del remate. Dyche fue elocuente sobre la fuerza del City, cuando recurre a De Bruyne y los cambios: “Los equipos superiores, hacen lo que hicieron ellos. Pueden encontrar diferentes formas de operar”.

El espíritu de equipo

Fundamenta­l en el rendimient­o del City en los últimos años ha sido el espíritu de equipo, uno de los aspectos más trabajados por Pep Guardiola, aunque le obligue a cambiar constantem­ente los jugadores para estimular su motivación. El técnico catalán insiste a su plantilla que debe tener la mentalidad correcta y el lenguaje corporal adecuado frente a los obstáculos. Y citó como ejemplo a Erling Haaland: “Tiene que aprender que si no marca, tiene que tener este estado de ánimo en el que sea positivo y diga: ‘Está bien’. Ya vendrá, ya llegará’”.

Para preservar el buen ambiente en la plantilla, la gestión de las suplencias es lo más difícil para Guardiola, como le está sucediendo este año a Jack Grealish, titular al fin frente al Copenhague, pero que ha sido relegado por el fichaje de Doku .Se trata de que los futbolista­s adopten la mejor actitud en los entrenamie­ntos, para cuando les llega la oportunida­d. Las quejas de los que no juegan son un lastre para el entrenador. Y Guardiola ha tenido que dejar ir a Sterling, Mahrez, Palmer, Kalvin Phillips, Laporte, Zinchenko o Cancelo, por asimilar mal esa suplencia. Los estándares de rendimient­o en el City están muy altos y no todo el mundo lo digiere en positivo.

Aun así, tras ganar el martes al Copenhague (1-3) en la Champions, Guardiola citó la calidad humana como clave para haber podido jugar dos finales europeas y una semifinal en los últimos tres años, y dar la vuelta a muchos partidos complicado­s. En la Premier, el City ha logrado remontar este año 17 puntos, después de encajar un gol. “Tenemos carácter en el equipo”, dijo Guardiola. “Cuando llegué hace ocho años no era así, pero los malos momentos nos han ayudado para que ahora nos comportemo­s con la personalid­ad y paciencia adecuadas.”

Los cuatro ‘artistas’

Y luego está el talento para decidir. El regreso del belga De Bruyne, tras casi cinco meses de lesión, aumenta el optimismo del City para el final de temporada. Su sola presencia infunde pavor por cómo sabe acelerar los ataques del City, por su interpreta­ción astuta del juego. Y, junto al belga, emergen Bernardo Silva y un imprevisib­le Foden, los otros ‘artistas’ diferencia­les junto a Haaland, sobre los que el City deposita la responsabi­lidad cuando hay presión. Para ganar al Everton, bastaron dos destellos de calidad de Haaland. Para tumbar al Copenhague, fueron De Bruyne, Bernardo Silva y Foden quienes cargaron con la tarea. Todos llegan en forma para enfrentars­e mañana al Chelsea, en un partido muy importante en la lucha por la Premier.

Los virtuosos

Guardiola y el City están llevando más lejos su forma de competir, resaltando aquella vieja teoría de Johan Cruyff. “No hay marcajes para tapar la genialidad”, decía. Alababa así el poder de los futbolista­s virtuosos, a los que protegía porque ellos acaban decidiendo. La poderosa seguridad del campeón inglés depende de los Haaland, De Bruyne, Bernardo Silva y Foden. Juegan sabiendo que los 100 minutos en el Etihad dan para mucho y que siempre llegará su momento ●

 ?? FOTOS: GETTY ??
FOTOS: GETTY
 ?? ?? Sean Dyche, técnico del Everton (abajo) dijo que el City “al final te pasa por la espada”
Sean Dyche, técnico del Everton (abajo) dijo que el City “al final te pasa por la espada”
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain