Mundo Deportivo

Aferrados al valor de los puntos tras patinar sobre una capa de hielo

→ El ciclo liguero post-supercopa antes de Nápoles se cierra con diez de quince

- Joan Poquí

→ El Barcelona ya ha cerrado el tramo de jornadas ligueras entre el paréntesis por Supercopa y Copa (KO’S ante Madrid y Athletic) y la ida de la eliminator­ia ante el Nápoles. Cinco partidos. A tenor de la entidad de los rivales (Villarreal, Osasuna, Alavés, Granada y Celta), el plan era sumar quince puntos de quince, el 100% de los posibles, para reengancha­rse a la Liga. Se cierra este periplo con diez sumados, que a punto estuvieron de quedarse en ocho, puesto que contra el Celta el equipo de Xavi salvó el triunfo en el descuento y de penalti después de patinar sobre una fina capa de hielo durante muchísimos minutos.

El conjunto azulgrana salvó los tres puntos en Vigo después de un partido con más sombras que luces, con un nivel de juego plano y con muchas imprecisio­nes. La aritmética es lo mejor de la salida a Balaídos, que de todos modos arroja un balance valioso: el Barça ganó triunfo en un campo de donde, en las últimas nueve visitas, solamente se había ganado en una. O sea, que no es extraño ceder puntos en Vigo. Pero hay algunos elementos de preocupaci­ón. De nuevo el equipo encajó un gol nada más comenzar el segundo tiempo, después de haber picado mucha piedra para conseguir avanzarse en el marcador casi al final de la primera parte.

Despistado­s

Otra desconexió­n difícil de entender. Y pocos minutos después de que las cámaras de televisión captasen a Pedri, Frenkie y Ter Stegen riendo distendida­mente en el túnel de vestuarios, antes de saltar al campo, sin dar señal alguna de concentrac­ión. ¿De qué debían reírse?

Una vez más, el Barcelona concedió un gol al comienzo de un período. Ocurrió ante el Granada en campo contrario y contra el Alavés en Montjuïc, en ambos casos en el primer minuto de la primera parte. En Champions sucedió en Amberes, pero no en el primer minuto sino en el segundo. Y con el agravante de que, ya en el tramo final de aquel partido, una vez el Barça había empatado, en el descuento, volvió a dejarse marcar un gol un minuto después. En Copa del Rey, ante el Athletic, otra vez gol en contra en el primer minuto, pero en este caso del segundo tiempo; y en Vigo, en el minuto 2 de la segunda parte. Demasiadas desconexio­nes para que sea casualidad.

Por otro lado, no es menos cierto, como recordó Xavi tras el partido, que si acotamos ese diez de quince puntos a las cuatro jornadas transcurri­das desde el anuncio del técnico de Terrassa de que se irá a final de temporada solamente se han perdido dos puntos. Diez de doce. Habrían podido ser cuatro si no hubiese llegado la jugada del penalti a Lamine Yamal, pero al final el Barça ha rozado el pleno en estas cuatro últimas jornadas ante Osasuna, Alavés, Granada y Celta, con el borrón de ese empate ante el equipo nazarí.

A ese aspecto se agarra el Barcelona para convencers­e de que va por el buen camino. Es lo que hay, como diría Koeman. En cualquier caso, en términos exclusivam­ente de Liga, el Barça no podía fallar tras la victoria del Atlético y está a dos puntos del Girona, que jugará mañana en San Mamés. Puede parecer poca cosa, pero quizás el triunfo logrado in extremis sirve de inyección de confianza para Nápoles. El miércoles se verá ●

Desde el vestuario se valora el rearme de confianza de cara a Nápoles

Risitas de Pedri, Frenkie y Ter Stegen en el túnel minutos antes del 1-1

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FOTO: PERE PUNTÍ Frenkie de Jong, en plena disputa de un balón con Renato Tapia

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