La extraña sensación de jugar contra el Inter
Tengo una extraña sensación mientras pienso en el partidazo de esta noche en Milán. El Atleti se enfrenta al Inter en los octavos de final de la Champions League. Hace unos meses, José Ignacio García, de la Peña Cheyenne de Almería, me preguntó: ¿Cómo crees que hubiese sido tu carrera de no haber fichado por el Atleti?”. Esta fue mi respuesta:
“José Ignacio, en julio del 87 estaba jugando el Mundialito de Clubes en Milán con el FC Porto. El presidente del Inter me invitó a cenar a su casa, junto a Pinto da Costa, mi presidente de los Dragões. Allí llegamos a un acuerdo. Yo firmaría como jugador nerazurri y sería presentado públicamente tres días después, al terminar el Mundialito. Estaba todo cerradísimo. Sin embargo, al día siguiente apareció un tal Jesús
Gil y Gil preguntando por mí. El resto es historia. La única cosa que puedo responder a tu pregunta, es que si Jesús Gil no hubiera aparecido, habría sido jugador del Inter en julio de 1987. A partir de ahí no podemos saber cómo habría sido mi carrera.”
¿Habría hecho una gran carrera allí? ¿Habríamos neutralizado aquel gran
AC Milan de Sacchi? O por el contrario, ¿me habría lesionado gravemente en el primer partido? ¿Retirado prematuramente? ¿No adaptado al Calcio de la Serie A? Quién sabe. Son preguntas divertidas. La vida es un árbol que se ramifica en cada decisión. A veces somos conscientes de su importancia, como ocurre a la hora de elegir carrera o profesión. Otras veces, son pequeños actos sin aparente importancia. Como (intentar) ligar con una preciosa desconocida en un centro comercial de Oporto, que acabaría siendo la madre de mis hijos. Los chavales de hoy lo tienen mucho más fácil con Tinder.
Siempre he creído que no hay campeón sin suerte. Me incluyo entre los afortunados. No basta solo con ser buen jugador y entregarte al máximo, la fortuna debe acompañar obligatoriamente. Esto es vital en todas las facetas de la vida. En el fútbol se comprueba muy fácil. Por ejemplo, con el sorteo de Champions, el árbol se ramifica para un lado o el otro dependiendo de unas bolitas en Suiza.
Creo que ese “factor sorteo” influyó mucho para que el Inter llegara a la final del año pasado y casi ganar el torneo. Francamente, nunca creía que el actual subcampeón de Europa fuese mejor que el Atleti, ni el segundo mejor equipo de Europa. Eso no quita que opine que este año están mucho más fuertes que la temporada pasada.
Dejando hipótesis filosóficas a un lado, y si hay un universo paralelo en el que las tiendas del Inter venden una réplica homenaje con Futre 10 en la espalda, puedo estar segurísimo de varias cosas. La primera, es que tomé la decisión correcta en 1987. Aunque me asegurasen que habría hecho una carrera igual o mejor en Italia, no lo cambiaría por mi Atleti y todo lo que he vivido en la familia rojiblanca. La segunda, es que creo que el gran Cholo y nuestros cracks estarán en la siguiente fase del torneo. La tercera, es que en cada una de las posibles ramificaciones del destino, el escándalo arbitral siempre favorecerá a los de siempre. Que lo pregunten en Leipzig.
Mucha fuerza para esta noche, colchoneros. ¡Vamos Cholo, vamos cracks, vamos afición! ●