La pantera que enamoró al Palau
→ Desde su llegada en 2014 conectó con la afición con su sonrisa y sus goles
→ Carlos Vagner Gularte Filho, conocido por todos como Ferrao, dejará el Barça de fútbol sala a final de temporada como una de las grandes leyendas que han pasado por el Palau Blaugrana. El de Chapecó llegó en verano de 2014 con la etiqueta de goleador prometedor tras brillar en el Tyumen ruso y en estos diez años como azulgrana creció hasta convertirse en el jugador más dominador del mundo. Goles de todos los colores, sacrificios con un hombro dislocado y una conexión con la afición blaugrana a la altura de muy pocos lo colocan, sin discusión, en un lugar privilegiado en la historia de la sección. 305 goles y 22 títulos como culé, incluidas dos Champions, son méritos más que suficientes para entender la importancia de la figura de Ferrao en los éxitos recientes del club y además el brasileño ha mostrado un gran espíritu de superación por sus problemas en el tendón de Aquiles izquierdo. Se lo rompió en noviembre 2019, cuando pasaba por su mejor momento, pero nunca perdió la sonrisa que le caracteriza y salió del bache para proclamarse tres años consecutivos (2019, 2020 y 2021) como el mejor jugador del mundo. Fiel a su cita con el gol, el pívot brasileño fue clave en la conquista de la Champions en 2022 en Riga y en el triplete de Liga, Copa del Rey y Supercopa de la temporada pasada pero la mala fortuna volvió a cruzarse en su camino. Este pasado agosto, en pretemporada, Ferrao se rompió de nuevo el tendón de Aquiles del pie izquierdo y tocaba otro paso por el quirófano y otro largo periodo de recuperación del que ahora afronta el tramo final.
Pese a no poder ayudar al equipo en la pista, Ferrao ha seguido aportando su contagiosa alegría al vestuario azulgrana y está con muchas ganas de poder aportar su granito de arena en la lucha de los títulos que todavía están en juego, con la Champions como gran objetivo. En las últimas semanas estrenó paternidad con su esposa Bruna, que dio a luz a la pequeña Martina, y seguro que será una motivación extra para terminar su etapa en el Barça por la puerta grande. Se merece una despedida de leyenda ●