Buenas sensaciones
Tras el partido de Nápoles, la sensación es que el Barça, si no comete errores, puede pasar esta eliminatoria. La apuesta por los cuatro centrales en la alineación va funcionando. Christensen es algo lento en la demarcación de pivote en el centro del campo, pero resulta solvente y el equipo lo agradece. Delante Lewandowski ha recuperado la pólvora y a falta de mejorar la condición física de Pedri y Gündogan, Yamal se consolida como un puntal diferencial. No obstante, sigue faltando más pegada. El equipo no es brillante, pero estuvo bien en la primera mitad y sólo le faltó ser más certero de cara al gol y saber controlar mejor el partido en los minutos finales. El físico no parece acompañar y son muchos los jugadores que bajan su rendimiento en los minutos finales.
Tampoco aspectos tácticos como el contraataque o las transiciones están muy trabajadas. El Barça juega duelos individuales y no como bloque. La verticalidad en la conducción de balón es algo que tanto De Jong como Gündogan podrían mejorar. Dado que este Nápoles no exige mucho, puede bastar con lo que tenemos. Si finalmente, el equipo da un paso hacia adelante y mejora sus prestaciones, podría tener alguna opción en la Champions si el sorteo fuera benévolo. De momento, vamos a ver qué sucede en las próximas dos semanas hasta la vuelta. No jugar en el Camp Nou es un hándicap, pero la motivación de seguir en la gran competición debería bastar para meterse en cuartos. Hace tiempo que el Barça no nos regala noches mágicas en la Champions y se echa de menos ●