Por las de ayer, por las de ahora y por las que vienen detrás
→ La Cartuja volvió a ser talismán y rompió un nuevo récord con 32.657 seguidores
→ Por las de ayer, por las de hoy y por las que vienen. El partido de ayer fue el más bello homenaje a las que abrieron camino, a las que lo han llevado a lo más alto con esta generación de oro y a las que vienen pisando con fuerza. La final de la Nations League quiso rendir homenaje a todas ellas en una fiesta en La Cartuja que batió un nuevo récord: 32.657 seguidores se congregaron en las gradas en un ambiente digno de las grandes citas para superar los 21.856 espectadores de hace cinco días también en el estadio sevillano en las semifinales ante Países Bajos.
La Cartuja es talismán, con un pleno de seis victorias en los seis partidos disputados por la selección femenina en este recinto. Los alrededores ya respiraban pasión por la Roja horas antes del partido: cientos de banderas españolas, bufandas y sobre todo camisetas con los nombres de Aitana, Alexia, Paredes y la queridísima Olga Carmona, profeta en su tierra, sin duda la sevillana de moda desde que anotó su gol ante Inglaterra en la final del Mundial.
Precisamente fue su abuela, María Luisa Gálvez, la encargada de portar el balón del encuentro, en un merecido tributo a nuestras abuelas y a su valentía y esfuerzo en su lucha por la igualdad, una iniciativa de la RFEF bajo el nombre de ‘Pioneras de la vida’. Ellas fueron la sensación del partido en las gradas, ataviadas con la equipación de la selección española y con claveles en el cabello, animando más que nadie. Una imagen inspiradora.
Otra mujer de bandera hizo de embajadora del encuentro: Virginia Torrecilla. La ex del Barça y Atlético, todo un ejemplo de superación tras vencer un cáncer, portó el trofeo hasta el centro del campo en medio de una bonita ovación. La eterna ‘Vir’, que fue capitana de la ‘Roja’, con la que jugó en 68 ocasiones y que el pasado enero anunció su retirada del fútbol profesional, fue la encargada también de portar la copa a la peana antes de su entrega a las ganadoras y se pudo reencontrar con varias de sus excompañeras como Alexia o Jenni, siempre a su lado en los momentos más difíciles.
Que todo está cambiando no se pudo ver solo en las gradas o en el entusiasmo de la afición sino también en las ruedas de prensa, con decenas de periodistas tanto españoles como franceses siguiendo la actualidad de las jugadoras. Resultaba difícil hacerse con un asiento en la sala de prensa debido a la gran expectación generada.
No obstante, hay que ser realistas. Lo dijo Aitana en una reciente entrevista en L’equipe: “Queda mucho por hacer aquí y siento que el Mundial fue en vano”, lamentó. Sin ir más lejos, el cambio de sede de Cádz a Sevilla de forma precipitada en las semifinales dio una imagen bochornosa, una estampa que no se puede volver a repetir. “Eso no sucedería con los chicos... Tenemos que prestar atención a este tipo de detalles. Cuando hacemos las cosas bien, la gente responde”, sentenció la Balón de Oro.
Tampoco ayuda la diferencia abismal de premios entre hombres y mujeres. Las ganadoras reciben de la UEFA 160.000 euros, muy lejos aún de los 10,5 millones que se llevó la selección vencedora en 2022. La UEFA se escuda en la falta de patrocinadores, pero la diferencia es abismal. Queda mucho por hacer, pero sin duda el camino es éste. Ellas lo están construyendo a golpe de gestas ●
La abuela de Olga Carmona portó el balón en un merecido tributo a las pioneras
Sevilla volvió a vibrar con la Roja, cuyo tirón no siempre va de la mano con los avances