Las secuelas del caso Gil Manzano
Se puede explicar la mala gestión del tiempo desde la crispación o la pedagogía
El lunes, los medios se hacían eco del ya llamado “escándalo de Mestalla”. En lasexta, Pedrerol abría su ‘Jugones’ con vehemencia: “¡El arbitraje español es la vergüenza de Europa!”. El programa se ajustaba a su estrategia habitual cuando se trata de lamentar los perjuicios arbitrales que sufre el Madrid: saturar visual e informativamente al espectador. Vídeos de móvil grabados desde la grada que no aportaban nada para demostrar dónde estaba el balón cuando
Gil Manzano pitó el final. No aclaraban ninguna situación, pero servían para transmitir una aparente complejidad de lo sucedido. Después, saturaba con cálculos de tiempo, supuestas sumas y reglamentos varios para atribuirse la razón. En ‘El Desmarque de Cuatro’, Manu Carreño optaba por pedir una reacción de Gil Manzano y del Comité Técnico Arbitral al arbitraje de Mestalla. “¿Estamos preparados para que si hablase y reconociese el fallo lo asumiéramos con naturalidad?” preguntaba a la audiencia conociendo perfectamente la respuesta. El programa aseguraba, además, que Gil Manzano “está pasando por un momento difícil” y que el CTA le había apartado del foco mediático, apelando al “neverazo” de toda la vida.
En ‘El día después’ (Movistar Plus+), en cambio, ofrecieron un vídeo imprescindible del final del partido con la reconstrucción de los hechos. Sólo con las imágenes ya era evidente constatar las dudas del colegiado para encontrar el momento de pitar el final. Las aportaciones de Álvaro Benito y Carlos Martínez daban contexto y Mateu Lahoz intentó añadir pedagogía criticando las dinámicas y la estructura arbitral. Compararon lo sucedido con el final de la primera parte del mismo partido, también lo compararon con el final del Valladolid-sevilla de la temporada pasada, y contrastaron la actuación de Gil Manzano con el arbitraje del final del Nottingham Forest-liverpool del sábado para apreciar las diferencias en la evolución del juego cuando se prescinde del cronómetro para respetar la esencia del fútbol.
Se puede machacar al espectador con la crispación y la inquina de siempre, se puede apelar a los tópicos o se pueden explicar bien las cosas y dejar que la audiencia saque sus conclusiones después de escuchar los argumentos ●