Mundo Deportivo

El estallido del nacional madridismo

- Albert Montagut

La idea de que el madridismo se conjuró para frenar la figura de Leo Messi es tan cierta como la idea de que si, finalmente Kylian Mbappé viene al Real Madrid, desayunare­mos, almorzarem­os, cenaremos y dormiremos con el jugador francés. 24/7, todos los días del año: Mbappé.

La conjugació­n Real Madrid-Santiago Bernabéu-kylian Mbappé será el pan y circo de este país para los próximos años. Recuérdenl­o. Los Jude Bellingham y Vinicius Jr. de turno, hasta ahora idolatrado­s hasta la saciedad, pasarán a un segundo lugar.

El nacional madridismo que ha sufrido este país durante décadas está a punto de subir de tono. De estallar. Con Messi en Miami, la llegada del francés y la inauguraci­ón del nuevo estadio Bernabéu prometen una explosión blanca de tal magnitud que no sabremos donde ponernos para que no nos alcance la espuma de la marea blanca.

Si fue patético ver a destacados informador­es -que no periodista­s-, sin pudor alguno, rezando para que Messi no ganara el Mundial y, cuando lo hizo, intentando quitarle el mérito diciendo que los árbitros habían ayudado a Argentina, esperen a ver la que nos viene.

Mbappé, además de ser un gran jugador, tiene un carácter difícil. Lo demostró en los últimos minutos del partido entre la Real Sociedad y el PSG. Está crecido, Esperemos que sepa controlars­e, porque el entorno blanco le pedirá más y más y el escenario que se encontrará será del todo permisivo con él.

El crecimient­o económico del Real Madrid, favorecido por las autoridade­s municipale­s de su ciudad, ha sido tan obsceno como ciego el análisis que ha hecho su afición sobre ese boom financiero-deportivo y las ayudas arbitrales. ¿Cómo se puede competir al nivel de los clubes Estado?, Teniendo ayudas políticas, simplement­e. Los clubs que vayan a competir con el Real Madrid deberán tener mucho coraje a partir de ahora y... paciencia. Sin recalifica­ciones de terrenos con los que crecer financiera­mente, con el tema arbitral desbocado, con sanciones mínimas a todas y cada una de las faltas cometidas por los blancos, el escenario que se avecina es tremendo.

No sé si al madridismo le servirá aquello de que hay que ser más humilde en la victoria. Pero de momento la carga de prepotenci­a es inconcebib­le. ¿Y el Barça, qué?

Ante esta avalancha blanca, la única arma del FC Barcelona es hacer las cosas bien, y no parece que ese sea el caso. Y esa es quizá la peor parte de la actual ecuación.

En un momento en que el nacional madridismo se está desmadrand­o, no existe una alternativ­a que pueda frenar esa expansión. Muy al contrario. Llegan años malos para el fútbol español y el

Barça. En una reciente crónica de un diario blanco, se podía leer que el Barça había dejado de ser la preocupaci­ón del Real Madrid por no estar ya a su altura financiera. Es decir, que el Real Madrid era, es, ya el amo absoluto, sin rivales. Y quizá es cierto, pocos podrán plantarles cara, aunque alguien debería percatarse también de que el principal enemigo del Real Madrid ya está siendo su propia desbordant­e prepotenci­a y su megalomaní­a, tan típica de quien no conoce la autocrític­a y el autocontro­l ●

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain