Cuando imposible es solo una palabra
Dos años después de sufrir un accidente que le dejó en silla de ruedas, Angelino Zeller se proclamó campeón del mundo de paraescalada. Lo ha conseguido dos veces más
Para algunos seres humanos existen algunas limitaciones, mentales o físicas pero para otros solo existen oportunidades. Para Angelino Zeller (27/7/1996, Graz, Austria), la palabra imposible no está en su vocabulario.
Una mala ráfaga
De joven siempre sintió la necesidad de descargar adrenalina en las montañas de su Estiria natal: practicaba esquí, escalada y parapente. En 2017 , un accidente en Schöckl, montaña que domina la ciudad de Graz, obligó al escalador austriaco a tomar un nuevo camino. Una extraña ráfaga de viento atrapó el parapente de Zeller. Se dobló como una silla de jardín y cayó al suelo desde una altura de 20 metros. “Entonces me di cuenta de que no podía levantarme e inmediatamente supe que probablemente se trataba de algo grave”, recuerda Angelino. Lo que siguió fue una larga y dolorosa serie de cirugías complejas, seguidas de fisioterapia y rehabilitación agotadoras. Pero pronto su perspectiva cambió y sigue siendo optimista. “Nunca me he caído en un hoyo. Tenía claro que había que aprovechar la nueva situación”.
Campeón del mundo x 3
Esto incluía la escalada. Siete años después, está superando los límites de la paraescalada más que nunca.
En 2019, apenas dos años después de su accidente, Zeller ganó el título del campeonato mundial de paraescalada en Briançon, en la categoría AL1. En 2021 volvió a ser campeón del mundo en Moscú. Y volvió a triunfar en agosto de 2023 en Berna. Esta última hazaña fue particularmente notable: dado que había muy pocos atletas compitiendo en la categoría AL1, Zeller compitió en la categoría RP1, más difícil, que incluía atletas con cierta función en las piernas. Su técnica se basa en aprovechar los flexores de la cadera para balancearse como un péndulo.
Feliz al aire libre
Debido a su discapacidad física, el número de vías de roca al aire libre que Zeller puede escalar es limitada; por un lado, deben ser accesibles en silla de ruedas y en segundo lugar, deben sobresalir lo suficiente como para permitirle pasar de un agarre a otro solo utilizando los dedos de las manos.
El último reto que se propuso fue la Sarree 2000 en el Valle de Aosta. En 2015, el escalador Stefano Ghisolfi conquistó este Tour 8a+ sin usar las piernas y Zeller tuvo claro que esa era su próxima roca. En sus primeros intentos en 2022, se dio cuenta de que su entrenamiento de competición quizás no era suficiente para la Sarree 2000. Pero su determinación no conoce límites. Después de algunos intentos, finalmente pudo resolver las secuencias difíciles en las pequeñas repisas que le ofrecía.
Reflexiona que “mi mayor motivación no es ganar campeonatos ni títulos. Mis mayores deseos son poder realizar proyectos de escalada en rocas de cierta dificultad que nadie antes que yo haya logrado con sólo sus manos y brazos”. No conoce sus propios límites pero pared a pared sigue superándose ●