Alex Laurance vuela en el sprint de Viladecans
→ El ciclista francés logró en la Volta su primera victoria World Tour y los favoritos se reservaron para hoy
→ Final a toda velocidad el vivido ayer en la quinta etapa de la 103ª edición de la Volta Ciclista a Catalunya, una jornada que presentaba un perfil rompepiernas para que la etapa fuera una de las más disputadas y peleadas vividas hasta ahora en la ronda catalana, con más alternativas, como así fue. El pelotón empezaba a rodar en Altafulla y finalizaba en Viladecans, en una de las dos llegadas inéditas de esta edición de la Volta a Catalunya. Por delante, dos puertos de 2ª categoría que se encargaron de dinamizar la carrera, con las ascensiones al Coll de Les Ventoses y al Alt de la Creu d’aragall, ambos de segunda categoría. Hubo varios intentos de fuga en los primeros kilómetros, pero ninguno de ellos contó con un margen suficiente como para pensar que pudiera plantarse en Viladecans. Por detrás, en el pelotón el equipo del líder Tadej Pogacar, UAE Team Emirates, cedía el protagonismo a la escuadra del Israel, que asumió durante muchos kilómetros la caza de los fugados.
Más adelante sí que se formaría otra fuga con más números de prosperar. A 68 kilómetros de meta Óscar Rodríguez, Jacopo Mosca, Enzo Paleni, Georg Steinhauser y Christopher Juul-jense tenían 2’35” de margen sobre el pelotón, pero en una carrera como la Volta con tan pocas opciones para los
Los aspirantes al podio se dejaron llevar en un día más duro de lo esperado
sprinters, y en un día que los favoritos borraron de su agenda, los equipos con los hombres más rápidos no iban a permitir que una aventura prosperara. Poco a poco el gran grupo se fue echando encima de los escapados, y de ahí que en las primeras rampas del Alt de la Creu d’aragall (6,5 kilómetros a una pendiente media del 6,1% y rampas máximas del 13%) el alemán Georg Steinhauser atacara y a su rueda se pegó el español Óscar Rodríguez; conscientes que de prosperar su intento podrían albergar alguna esperanza ya que después la etapa descendía a toda velocidad hasta Viladecans. Pero este movimiento duró menos que un suspiro y a 32 kilómetros de meta ambos se daban la mano antes de ser engullidos por un pelotón que iba con el cuchillo entre los dientes y con el gas a fondo hacia el sprint intermedio de Sant Vicenç dels Horts. Steinhauser y Rodríguez fueron cazados en los últimos metros del descenso del puerto y a partir de este momento el pelotón más que correr, voló.
La aproximación a Viladecans tuvo sus complicaciones por sus rotondas, sus rampas y curvas, pero fue muy limpia, y, de hecho, la carrera se decidió en una larga recta, en un sprint limpio en el que el francés Axel Laurance (22 años) fue el más rápido, por delante del vencedor en la etapa previa, el neerlandés Marijn van den Berg, que a punto estuvo de hacer el doblete. Difícilmente el ciclista de Calan olvidará el día de ayer. Ascendió este año de la formación de desarrollo del Alpecin al primer equipo y en doce días de competición ya ha logrado dos victorias, aunque la de ayer tuvo una trascendencia mayor al ser la primera que logra de la categoría UCI World Tour.
Pese a que los grandes favoritos no se dejaron ver en ningún tramo de la etapa y se protegieron todo lo que pudieron de cualquier incidente, el propio Pogacar declaraba al finalizar que había sido una de las etapas más duras vividas hasta ahora, por los numerosos ataques que hubo, por la velocidad a la que se rodó y por la propia tensión acumulada de la carrera, a la espera de la esperada y temida etapa de hoy ●