Alves y Robinho
Qué buenos eran aquellos tiempos en los que el fútbol brasileño destacaba por nombres como Pelé, Tostao, Socrátes, Zico o Carlos Alberto. Considerado históricamente el mejor fútbol del mundo, Brasil también exhibía jugadores ejemplares fuera y dentro del campo. Incluso algunos brasileños que han pasado por el Barça han dejado un buen recuerdo. Alves lo ha mandado todo a la m. Y miren por dónde en esas vueltas que da la vida, estamos hablando de dos que han sido buenos jugadores, pero que a los trofeos añaden un parte delictivo, que los pone contra la pared y en la situación más vergonzosa del mundo. Robinho acaba de entrar en una cárcel de Brasil, Alves salió ayer en libertad provisional de una prisión catalana. Los dos han sido acusados de estupro. Los dos llegaron a ser unos triunfadores de la vida. Alves llegó a tener un restaurante en Barcelona, se creía un ser único y así lo manifestó en más de una ocasión. Se sentía diferente a los demás. Hoy me pregunto: ¿quién le pedirá un autógrafo por la calle? O ¿si adoptará el mismo andar de chulito que exhibió ayer al salir de Can Brians?
Seguro que Alves y Robinho seguirán teniendo sus amigos que les ayudaran a cancelar un dinero que les permita salir en libertad, aunque sea provisional. Cuánta verdad en esa frase de Juan Domingo Perón que dejó para la posteridad: “Al amigo, todo; al enemigo, ni justicia”. En el fondo todo acaba siendo una cuestión de afecto y comportamiento gregario. Pero qué futuro más desgraciado se han buscado estos ídolos caídos ●