Una ascensión meteórica al fútbol profesional
→ Ferran Costa, de solo 29 años, ya acumula cuatro años en equipos séniors
→ Como se hizo con Eder Sarabia en su momento, el Andorra ha sido partidario de hacer otra apuesta muy marcada con su sustituto en el banquillo. Quienes hablan de Ferran Costa (1994), hablan de un entrenador muy metódico, organizado y extra competitivo, que ha conseguido llegar al fútbol profesional después de trece años curtiéndose por el fútbol base y las categorías territoriales del fútbol catalán.
Costa empezó a entrenar con solo 16 años, al frente de su Castelldefels natal durante la temporada 2010-11. Una experiencia que lo convenció, hasta el punto de pasar por los banquillos del Marianao Poblet, donde coincidió con un Iván Gil en edad prematura, las categorías inferiores de la Damm y el Gimnàstic de Manresa, fue segundo entrenador en el Terrassa, el CE Manresa en dos etapas -la segunda ascendió el equipo a Primera RFEF- y el Badalona Futur, al que ha dejado en su mejor momento de forma. Los badaloneses son primeros, tienen catorce puntos de distancia con el filial del Espanyol, quinto clasificado, pero cayeron este sábado ante el Andratx (0-1) tras una semana de turbulencias. Pero todo indica que lucharán por otro ascenso a Primera RFEF, una categoría donde se podrían cruzar con el Andorra.
Esta situación, sin embargo, se quiere evitar de la mano de Costa, que llegará al Principat habiendo repasado la actualidad del ecosistema tricolor. Así lo aseguran sus exjugadores, que destacan su implicación en los aspectos del día a día. Costa tiene un carácter muy competitivo, es un ganador nato y siempre ha conseguido crear un vínculo muy fuerte dentro del vestuario. Tanto entre los jugadores como entre el cuerpo técnico y la plantilla. Además, destacan de él sus grandes dotes de oratoria y que demuestra su credibilidad con hechos.
Sobre el terreno de juego, Costa se acerca mucho a lo que se conoce hoy en día como entrenador moderno. A diferencia de Sarabia, no se casa con ningún estilo de juego. Es revolucionario, no tiene problemas para cambiar de formación y usar distintos planteamientos. Escoja el sistema que escoja, tiene una gran capacidad de hacer equipos competitivos en todas las categorías donde ha entrenado. También sabe gestionar las inquietudes de los jugadores y explotar su rendimiento en diferentes posiciones ●