La pena máxima de Raíllo
→ El capitán lideró la defensa numantina del Mallorca en La Cartuja
La tanda de penaltis supuso el trago más amargo para el Mallorca en una final de Copa del Rey dramática que se llevó el Athletic tras 40 largos años de espera. Festejó por todo lo alto la plantilla bermellona alcanzar la tanda tal y como sucedió en las semifinales contra la Real Sociedad pero el desenlace fue el opuesto. Los errores de Morlanes y Radonjic desde los once metros sepultaron la ilusión del equipo de Javier
Aguirre. El Vasco animó a sus pupilos en la piña pero el Athletic no falló sus penas máximas.
Antonio Raíllo, el capitán, que llegó a Mallorca cuando el cuadro balear se arrastraba en Segunda B y que a base de trabajo y compromiso logró dos ascensos hasta asentarse en primera. A su lado tuvo siempre a Abdón Prats, el héroe y máximo goleador de esta Copa del Rey que se quedó sin jugar en Sevilla.
El Mallorca de Aguirre se entregó a un ejercicio de supervivencia en cuanto Dani Rodríguez puso el 0-1 en el marcador tras una buena asistencia del capitán. Raíllo y Copete lideraron la defensa numantina del Mallorca en los mejores minutos de un Athletic que basó todo su juego ofensivo en un soberbio Nico Williams. El capitán fue el sostén defensivo de los bermellones mientras varios compañeros iban cayendo lesionados con el paso de los minutos en un duelo de lo más exigente físicamente.
Copete y Lato dijeron basta y ahí estuvo Raíllo aguantando el andamiaje del Mallorca despejando todo lo que pasaba por su zona, primero con Guruceta y ya en la prórroga contra Raúl García. Los dos delanteros pasaron totalmente desapercibidos. La entereza de Raíllo al recoger el trofeo de subcampeón contrataba con las lágrimas de casi todos sus compañeros, inconsolables.
Aguirre y Abdón Prats
Abdón Prats no jugó pero fue protagonista de una de las imágenes de la noche en La Cartuja. En la primera parte de la prórroga Javier Aguirre cruzó la extensa zona técnica del Athletic para hablar con el delantero mallorquín, y por lo que parece, disculparse con él por no poder darle minutos en el partido más especial tras cuajar un torneo fantástico con seis goles ●
El central se disfrazó de delantero para asistir a Dani Rodríguez