Elogio a Xavi

El fútbol es injusto. Cuando se gana, se elogia mucho más a los jugadores que al entrenador. En cambio, cuando se pierde, casi siempre es al revés. El inquilino del banquillo es el que acaba recibiendo las críticas más duras y es el primero en ir a la calle en momentos de crisis. Sin ir más lejos, en esta columna he mostrado mis dudas hacía Xavi Hernández en múltiples ocasiones durante esta temporada, porque no veía claro el rumbo el equipo. Levanto la mano y asumo mi responsabilidad. Pero voy a intentar cambiar esta tendencia, y por eso voy a dedicar estas líneas a elogiar a Xavi y a su staff por todo lo que hicieron bien el miércoles en el Parque de los Príncipes.

Empezando por un once equilibrado y bien trabajado tanto en defensa como en ataque. Los nueve días libres y sin partidos han sido clave. Hubo máxima concentración en los 90 minutos y ayudas constantes para defender a Kylian M’bappé y a Ousmane Dembélé. Y en ataque un juego más directo con acciones muy bien preparadas en la salida de balón en largo entre Ter Stegen y Lewandowski. El Barça sacrificó el corazón de su ADN, que es el centro del campo, pero leyó el partido de maravilla y supo adaptarse en cada momento a lo que tocaba. Xavi se puso la piel de camaleón para superar las trampas que había preparado Luis Enrique y salió vencedor de la primera batalla. El Barça hizo en París lo que tantas veces hemos envidiado del Real Madrid. Y así es como se compite en Europa y se puede optar a ganar la Champions.

Aún queda el partido de vuelta, que no será nada fácil, y luego unas hipotéticas semifinales, pero el camino del Barça en esta Champions es para ser optimistas. Y no hace falta recordar donde es la última parada de este camino europeo el próximo 1 de junio. ¿No hay dos sin tres en Wembley? Déjenme soñar hasta el martes que viene ●