Gündogan debe mirar el partido de Cádiz desde el banquillo

Ilkay Gündogan es lo nunca visto en el Barça. Ha disputado los 44 partidos oficiales de la temporada. No se ha perdido ni uno y, cuando ha habido parón por selecciones, también ha sido titular con Alemania. Con él, a los 33 años, ni rotaciones ni mandangas. Ni en la Copa contra equipos de poca monta pudo descansar. Por pura necesidad, Xavi se lo ha hecho jugar todo. Porque sin Gavi, a menudo sin Pedri, con las dos lesiones de De Jong, con las molestias de Sergi Roberto y con el rendimiento de Romeu, el alemán ha aguantado el equipo en la sala de máquinas. De los últimos 15 encuentros, lleva 14 titularidades. Y, lo más impresionante, ni una sola lesión muscular, ni un resfriado inoportuno.

Así las cosas, con el PSG en Montjuïc y el partidazo a todo o nada del Bernabéu a la vuelta de la esquina, lo lógico sería que Gündogan no jugase ni un minuto ante el Cádiz. También es un partido vital para la Liga y el Barça tendrá la baja de Lewandowski y Cancelo por sanción, pero Xavi ha recuperado efectivos en el centro del campo como para poder jugar con solvencia sin tener que depender de él. Lo mejor: a medida que ha ido arrastrando minutos, su rendimiento ha ido a más. Más allá de sus 5 goles y sus 11 asistencias de gol, su liderazgo y sus tomas de decisiones han sido cada vez más acertadas. Y, por cierto, de los 5 goles de saque de esquina del Barça en lo que va de curso, 3 han sido a centro de Gündogan. ¿La novedad con el de Christensen? Es la primera vez que es con un centro cerrado, desde la izquierda. Una auténtica banana que Donnarumma se tragó con piel y todo ●*