Mundo Deportivo

Rafa Nadal, 681 y 1.087 días después

→ El rey de la tierra no competía en ella desde que ganase Roland Garros 2022, siendo más largo el plazo de ausencia en el Godó, desde 2021

- Ángel Rigueira

→ Rafa Nadal dice querer disfrutar del “regalo” de poder jugar un decimosépt­imo Godó, y se nota. Exprime la experienci­a como nunca. Ejerció de mano inocente del sorteo, algo que no sucedía desde que debutara en el cuadro principal con 16 años, en 2003. Participó también ayer en la ‘photo opportunit­y’, cuando inicialmen­te no estaba previsto. Acudió al encuentro con el presidente del RCT Barcelona-1899, Jordi Cambra, y niños y niñas de la escuela de tenis del club al que también pertenece el balear desde niño. Participó en la instantáne­a icónica de la edición, plasmando el 125 aniversari­o de la entidad.

“Decidí a última hora venir. No podía venir a decir algo, porque no sabía si iba a jugar o no”, confesó ayer. Llegó el miércoles para pisar enseguida la Pista Rafa Nadal. Ha habido dobles jornadas, ensayo de competició­n con David Jordà, Alejandro Davidovich, Andrey Rublev o Hugo Dellien. Además de prácticas con su equipo técnico, destinadas a pulir su tenis.

No hay problema en el golpeo desde el fondo de la pista. Sí ha convivido con la precaución de no dañar el abdominal que retrasó su reaparició­n desde que compitiese en Brisbane, en enero. Allí la dolencia había sido muscular, en el psoas ilíaco de la pierna izquierda. no en la misma zona del tendón que le llevó al quirófano en junio de 2023. Hoy afrontará sólo su tercer torneo una vez comenzó la pesadilla de la cadera en el Open de Australia 2023.

Jugará contra el italiano Flavio Cobolli 1.087 días después de haber levantado por duodécima vez el Trofeo Conde de Godó, en la final de 2021 ante el griego Stefanos Tsitsipas. Cuando todavía era imperativo portar la mascarilla para evitar la transmisió­n del coronaviru­s. Han pasado 681 días de su anterior partido oficial en tierra batida, dominando al noruego Casper Ruud para ganar su decimocuar­to Roland Garros, en 2022.

Está cansado, dice, de contar sus penurias en forma de problemas físicos. “La lista es larga”, apunta. Pero mantiene viva aún una llama de ilusión que le permite disfrutar del tenis, enterrar los días malos. Cada vez cuesta más, pero se siente arropado.

En la Ciudad Condal están su esposa, Mery Perelló, y su hijo Rafael, pero también el equipo técnico al completo. Los entrenador­es Carlos Moyà, Gustavo Marcaccio y Marc López no se separan del balear. Saben que necesita el aliento como nunca. Su sombra continúa siendo Rafa Maymó, fisioterap­euta y también de enhorabuen­a porque acaba de estrenar paternidad.

Carlos Costa, Benito Pérez Barbadillo, Jordi Robert (Tuts).

Cómo no, el médico de cabecera, Ángel Ruiz-cotorro, al que visita con frecuencia en la ciudad condal, con quien pasó las correspond­ientes pruebas días atrás en un centro médico para descartar un problema grave en el abdominal. Un alivio para Rafa Nadal, también un refuerzo mental para decidirse a probar en competició­n cómo responde su cuerpo.

En 70 partidos en el Godó, 66 victorias y cuatro derrotas. Sólo lo pueden contar Àlex Corretja, Nico Almagro, Fabio Fognini y Dominic Thiem ●

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FOTO: MANEL MONTILLA Rafa Nadal y Carlos Moyà, ayer durante el entrenamie­nto con el boliviano Hugo Dellien
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FOTO: M. MONTILLA Rafa Nadal, Jordi Cambra y niños de la escuela de tenis, ayer

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