Mundo Deportivo

Otro milagro

→ El Real Madrid pasó a semifinale­s tras eliminar al City en la tanda de penaltis → Los ingleses fueron mejores, pero Lunin y un gol de Rüdiger les echó de la Champions

- Manuel Bruña

→ El Real Madrid está en las semifinale­s de la Champions. Y todo gracias a las paradas de Lunin en la tanda de penaltis y a un lanzamient­o de Rüdiger que le dio ese pase al equipo blanco. El partido fue un monólogo del City ante un Real Madrid que realizó un despliegue tremendo de superviven­cia defensiva. Con eso le bastó para eliminar al campeón de Europa que lo hizo todo para ganar, pero se encontró con eso que tiene el Real Madrid en Champions y que está visto que nadie más tiene. Sólo así se entiende lo que pasó en el Etihad.

Ancelotti y Guardiola salieron con todo para buscar las semifinale­s de la Champions. No era para menos. Aunque el arranque del partido no fue el esperado. Como dos púgiles que se estudian antes de dar el primer golpe, City y Real Madrid salieron con la misma idea. Presionar la salida del rival en busca del error del rival e irse lo más rápido posible en busca del gol. Esa relativa tranquilid­ad que se vivió en el inicio del duelo acabó en el minuto 12 con el gol de Rodrygo. Balón largo a Bellingham que no estaba en fuera de juego, pase a Valverde que se la dio a Vinicius, que tampoco estaba en posición ilegal. El brasileño le puso un pase de oro a Rodrygo. Su primer disparo con la espinilla lo paró Ederson, pero el rebote le cayó de nuevo a Rodrygo, que a la segunda no falló y puso el 0-1 en el marcador.

El Real Madrid dio el primer golpe a un City obligado a reaccionar. A eso se puso presionado aún más al Real Madrid, que se las veía y se las deseaba para sacar el balón. Así llegaron las ocasiones inglesas para empatar. La más clara, el remate al larguero de Haaland que acabó con el balón en los pies de Bernardo Silva, que falló una ocasión clarísima. El Real Madrid, cada vez más hundido en su campo, aguantó e incluso a la contra tuvo ocasiones para marcar su segundo gol.

El City era consciente del riesgo que corría con esas contras, pero estaba dispuesto a asumirlo. Su objetivo era empatar y las contras blancas no iban a ser un obstáculo en esa búsqueda del gol. La presión local iba en aumento, pero los de Guardiola no podían ni con el sistema defensivo blanco ni con Lunin. Las ocasiones iban cayendo del lado del equipo inglés que encerró al Real Madrid en su campo. Un equipo, el City, que a pesar de sus esfuerzos, se marchó al descanso perdiendo 0-1 ante un Real Madrid para el que ese receso fue, sin duda, un alivio. Y una alegría, porque acabó la primera mitad como equipo clasificad­o para las semifinale­s de la Champions League.

El segundo acto comenzó, como era de esperar, como acabó el primero, con el City apretando y creando ocasiones. Sin embargo, el Real Madrid sí que asomó la cabeza en un par de ocasiones por las inmediacio­nes de Ederson, aunque más para asustar que para otra cosa porque el partido y las ocasiones eran inglesas. El asedio del City al área del Real Madrid era total, pero el gol no llegaba.

Empata De Bruyne

Ante este panorama, llegó la hora de los entrenador­es. Guardiola dio entrada a Doku por Grealish para refrescar el ataque del City. Casualidad a o no, pocos minutos después de ese cambio, De Bruyne marcó el 1-1. Un mal despeje de Rüdiger le dejó el balón a los pies del belga, que batió a Lunin en el minuto 76 para lograr el empate que el City tenía más que merecido. El partido volvía a empezar, pero con el riesgo de que con el poco tiempo que quedaba, cualquier fallo o despiste podía costar decir adiós a la Champions.

Ancelotti decidió entonces mover el banquillo y dar entrada a Modric por Kroos, que está visto que en la mente del italiano no pueden jugar juntos. El City siguió apretando porque la prórroga no era una opción y De Bruyne tuvo el 2-1. Un tiempo extra que viendo lo que estaba pasando en el terreno de juego, sería un premio para un Real Madrid en el que entró Brahim por Rodrygo.

A la prórroga y penaltis

Los minutos finales del tiempo reglamenta­rio fueron un suplicio para los de Ancelotti que en la segunda parte no disparó ni una vez a puerta. Con eso, le bastó a los blancos para llegar a la prórroga. City y Real Madrid tenían media hora por delante para buscar el pase a las semifinale­s de la Champions. Guardiola, para sorpresa de todos, decidió comenzar ese tiempo extra cambiando a Haaland por Julián Álvarez. La prórroga fue una continuida­d de lo que se había visto en el tiempo reglamenta­rio, el City atacando y el Real Madrid, defendiend­o como podía. No acabó ahí el sufrimient­o de Vinicius que se marchó del campo agotado y habrá que ver si lesionado de cara al Clásico. La prórroga acabó sin goles y al final, se llegó a los penaltis que viendo cómo había transcurri­do el encuentro, fue un éxito para el Real Madrid.

Julián Álvarez abrió la tanda de penaltis y no falló. Modric fue el primer lanzador del Real Madrid y lo paró Ederson. Un error de Modric que subsanó Lunin parando un penalti a Bernardo Silva, que lo lanzó de la peor manera posible. Bellingham no falló, pero sí Kovacic. Lucas Vázquez, Foden, Ederson y Nacho no fallaron. Rüdiger, sí, Rüdiger, era el encargado de darle el pase al Madrid a las semifinale­s o alargar la tanda. El central no falló y el equipo blanco estará en semifinale­s ●

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