Explotando el éxito
Tras la derrota cristiana, algunos optimistas pensaron que Tariq volvería a cruzar el Estrecho con su inmenso botín de riquezas y esclavos. Y tal vez lo hubiera hecho sin el consejo de Julián: “Quédate. Ahora, España entera es tuya. Divide tu ejército en columnas que guiarán mis hombres y tú dirígete a Toledo, que es la capital.” Era un consejo interesado, porque Julián no habría sobre- vivido en España sin los musulmanes, pero convenció a Tariq, que, desde Écija, mandó una columna a Granada, otra a Málaga y una tercera a Córdoba, mientras él marchaba contra Toledo. Todas las expediciones tomaron las ciudades designadas. El propio Tariq, después de hacerse con Toledo, siguió hasta el norte, hasta las estribaciones de la cordillera Cantábrica, que no se atrevió a cruzar. Las crónicas árabes de la invasión son nítidas y detalladas. Pero encierran un enigma relativo a los judíos. Al hablar de la toma de Granada, el Ajbar Machmuâ afirma que en ella encontraron a muchos judíos. Cuando ocurría esto, los reunían a todos y dejaban con ellos un destacamento, mientras las tropas seguían su marcha. Nadie sabe las órdenes que recibían esos destacamentos, pero seguramente hay que ponerse en lo peor. Tariq Ibn Ziyad, el vencedor caudillo musulmán, según un grabado del siglo XIX.