Los tres amores
En el primero de sus libros, The sex contract (William Morrow, 1982), Fisher hablaba de la sexualidad especial de las mujeres frente a las hembras de otros mamíferos. En Anatomía del amor (Anagrama, 1994) describe la historia de la monogamia, el adulterio y el divorcio bajo el punto de vista antropológico. Con el título El primer sexo (Taurus, 2000), Fisher se refería a las mujeres, como una cita contradictoria del clásico de Simone de Beauvoir El segundo sexo. En él hablaba de los cambios experimentados en el anterior siglo y apelaba a la necesidad de una sociedad colaborativa de hombres y mujeres. Aunque la vía ya estaba abierta, su libro Por qué amamos (Taurus, 2004) es el que da la clave de los mayores hallazgos de Fisher, relacionados con el plano neurológico. Para ella existen tres sistemas cerebrales que tienen que ver con esta emoción cuyo funcionamiento contesta a la pregunta “¿Por qué amamos?”. El primero se refiere al impulso sexual; el segundo, al amor romántico y el tercero, a lo que ella llama “apego”. Sus químicas cerebrales funcionan de forma independiente, con neuroreceptores distintos y en diversos lugares del cerebro. El impulso sexual nos lleva a fijarnos en varios partenaires, pero el amor romántico individualiza y focaliza la atención en uno solo de ellos, mientras que el sistema de apego facilita el apoyo de la pareja para la crianza de los hijos. Amamos para reproducirnos, pero estos tres sistemas pueden convivir o no; es posible estar enamorado de una persona desde hace años y experimentar el amor romántico con otra o desear sexualmente a otras, y también puede que las tres emociones se produzcan con la misma persona en distintas épocas. Esta es la contradicción del ser humano.