Un amor construido peldaño a peldaño
Alos 19 años, Liu Guojiang se enamoró locamente de Xu Chaoqin, una viuda con hijos que era diez años mayor que él. Sucedió hace más de medio siglo en el condado de Jiangjin en la sureña municipalidad de Chongqing de la provincia de Hubei, en China. Liu y Xu eran personas sencillas, y se prendaron el uno del otro sencillamente, pero la sociedad china de la época, la comunidad de su etnia y de su país no lo aceptaron. En la sociedad rural, los matrimonios concertados constituían el modo normal de casarse, era frecuente que los futuros esposos no se conocieran incluso hasta el día de la boda y también resultaba bastante común la poligamia. En 1950, se promulgó en China la primera Ley del Matrimonio que admitía el divorcio; en los dos primeros años de su aplicación hubo una avalancha de rupturas matrimoniales, cerca de un millón, lo que mostraba el grado de insatisfacción de muchas personas con su pareja asignada. En la siguiente década se produjo la Revolución Cultural, los matrimonios se convirtieron en asuntos políticos que se realizaban sólo para perpetuar la “nueva especie” surgida de la revolución. De hecho, el autor del primer libro que trataba de sexología, Liu Guangin, fue represaliado por esta corriente integrista alojada en el poder y murió en prisión por los malos tratos. Una película rodada en años posteriores pero ambientada en esa época trataba de dos jóvenes que vivían en campos de entrenamiento político, se enamoraban y mantenían relaciones sexuales. A él le acusaban de violación y era encarcelado y ella acababa suicidándose por las presiones del entorno. Hasta 1980 no se reflejó en una película claramente el amor romántico, fue en Amor en el monte Lu Shan, y por primera vez se mostró un beso en la pantalla. Una oleada de romanticismo invadió la sociedad juvenil china y los poemas amorosos y las lecturas y paseos en pareja estaban de moda entre los universitarios.
Pero Liu Guojiang y Xu Chaoqin
no llegaron a disfrutar de estas libertades, en la época de su romance la atracción y relación sexual estaba fuertemente reprimida y, aunque ella era viuda y él soltero, y ninguna ley escrita impedía su matrimonio, la oposición social al romance de Liu Guojiang y Xu Chaoqin fue férrea. Provino de todas estas costumbres ancestrales y del hábito antiguo de los matrimonios arreglados por las familias. Sobre todo en las zonas rurales, los padres negociaban una pareja para sus hijos desde que eran niños y Liu ya tenía la suya preparada. La negativa a aceptarlo se basó no tanto en la diferencia de edad, sino en el