El burdel espía
La esposa de Reinhard Heydrich, director de la Gestapo y uno de los promotores de la “solución final”, se sentía tan identificada con su marido que ideó un sistema para espiar a otros mandatarios nazis, sospechosos de desafección. Su proyecto cobró forma en el Salón Ki y, un elegante burdel berlinés en el que atractivas prostitutas sacaban información a invitados de Estado, diplomáticos y jerarcas nazis. En el sótano, los técnicos grababan las conversaciones. Esas actividades hicieron que el matrimonio Heydrich no fuera muy popular entre sus compañeros de partido. Lina Heydrich era consciente de su situación en Berlín. “Una vez, Reinhard tomó mi cabeza entre sus manos, me miró y dijo: ¿Realmente necesitamos amigos? ¡Tú eres mi me- jor amigo! ”, escribió en su diario. En septiembre de 1941, Hitler nombró a Heydrich protector del Reich de Bohemia y Moravia (Checoslovaquia). El matrimonio ocupó la antigua residencia de los Habsburgo y la ambiciosa Lina vivió como una princesa, recibiendo el tratamiento de Excelencia. Pero todo se torció,
madame cuando un grupo de patriotas checos atentó mortalmente contra el funesto Reinhard en Praga. A partir de entonces, Lina Heydrich fue “la viuda del Reich”. Pasó el resto de su vida minimizando los brutales actos de su esposo y negando su implicación en el exterminio de millones de judíos.