Aventuras de un chino en Camboya
Occidente no sabía nada del esplendor camboyano hasta hace poco más de un siglo, pero los chinos no sufrían esa ignorancia. Aunque sus relaciones con todos los pueblos vecinos del sur siempre se desarrollaron desde un plano de superioridad, bien entrado el siglo XIII ya demostraron suficiente pragmatismo como para valorar el poderío jemer. Por ello, en agosto de 1296 llegaba a Angkor el diplomático chino Zhou Daguan, enviado por el emperador Timur Kan (de la dinastía mongol). A ese embajador debemos una deliciosa obra, Las costumbres de Camboya, en la que relata todo tipo de detalles curiosos sobre la vida del pueblo jemer, como que eran las mujeres quienes monopolizaban la práctica del comercio, y da fe del boato de la corte del rey Indravarman III: un ambiente de sofisticación y lujo que impresionó incluso a este integrante de la muy opulenta corte china. La riqueza de la monarquía jemer queda patente en la descripción que Daguan hace de una procesión real de carácter ceremonial.
jemer. El rey sale del palacio precedido por un inacabable cortejo de personajes, iniciado por entre 300 y 500 mujeres “llevando ropas decoradas con flores, y más flores en el cabello, y portando velas en las manos”; les siguen “otras mujeres de palacio llevando lanzas y escudos”; a continuación, “la guardia personal del rey”; luego, carros recubiertos de oro; después, ministros y príncipes montados en elefantes protegidos del sol por “innumerables parasoles rojos”. Y aún faltan las concubinas “en palanquines, carruajes, a caballo o sobre elefantes, con más de cien parasoles moteados con oro”. Y, por fin, el soberano, majestuoso “de pie sobre un elefante cuyos colmillos están recubiertos de oro, llevando la espada sagrada”. nes científicas han arrojado algo de luz: apuntan a un desastre ecológico provocado por la sequía, en un país que dependía del agua para sus actividades económicas. Dos tipos de análisis, los dendocronológicos (datación de los anillos de crecimiento de los árboles) y los de núcleos de sedimentos del suelo, han revelado que durante los siglos XIV y XV se produjo una prolongadísima falta de lluvias. Parece que fue entonces cuando la clase dirigente se trasladó a Phnom Penh y cuando se abandonó la agricultura por el comercio. La forma de vida jemer acabó, y con ello el imperio dejó de tener musculatura y sentido. En1296,elemperadorchinoTimur Kan,deladinastía mongola(izda.,en ungrabado),envió asuembajador ZhouDaguanaAngkor,capitaldel imperiojemer.