Reinas muy guerreras
La reputación guerrera de los nubios se extendía también a sus mujeres, al menos a sus lideresas. Así, en su enfrentamiento con los romanos, el historiador Estrabón atribuyó un papel decisivo a una kandake, título que recibía la reina de Nubia (también la reina madre). Se trataba de Amanirenas, quien habría ordenado el ataque contra la ciudad de Syene (actual Asuán) que provocó el contraataque de Augusto, que envió una enorme fuerza comandada por el prefecto de Egipto, Petronio, que destruiría Napata. Un gran poder femenino. Hasta cinco kandakes fueron citadas durante la Antigüedad clásica por griegos y romanos, pero aun así durante bastante tiempo se ha desacreditado la versión de Es- trabón como fantasiosa y poco ajustada a la realidad histórica, producto quizás del deseo de atestiguar la existencia de dichas mujeres guerreras. Sin embargo, investigaciones más recientes parecen sugerir que sí existieron y que hubo al menos seis kandakes en los siglos inmediatamente anteriores y posteriores a la era cristiana. Es posible que incluso existiera toda una genealogía de reinas nubias que heredasen el trono por vía matrilineal. El poder femenino parece no haber sido, además, una prerrogativa únicamente nubia en aquellos tiempos, sino que probablemente habría formado parte también de la cultura del reino vecino de Aksum, en la actual Etiopía, que fue el que realmente finiquitó el poder de Meroe. Hay que recordar que esta nación es, precisamente, una de las candidatas propuestas como la posible patria de la celebérrima reina de Saba que aparece en los textos bíblicos.