Guerra de cifras
La polémica en torno a las cifras del material recibido por unos y otros se prolonga desde prácticamente el final de la guerra, aunque en la actualidad, a medida que los historiadores consiguen acceder a archivos oficiales ahora “desclasificados”, se va clarificando. Podría decirse que, en realidad, ambos contendientes recibieron un número aproximadamente similar de armas, aviones, vehículos y artillería y aunque desde el punto de vista logístico la diversidad del material perjudicó a todos, la República recibió un flujo más desigual frente a la homogeneidad y regularidad del material alemán e italiano, que llegaba, además, sin sufrir injerencias del Comité de No Intervención. Hay que señalar, por ejemplo, que los sublevados dispusieron de dos verdaderos cuerpos expedicionarios extranjeros: la Legión Cóndor alemana, que siempre contó con un centenar de aviones plenamente operativos y perfectamente encuadrados en una estructura de mando, logística y comunicaciones propias, y el CTV italiano, unidades perfectamente organizadas y pertrechadas del Ejército italiano y de las milicias fascistas.
UNIDADES AÉREAS ITALIANAS. La aviación de Franco tuvo además una columna dorsal constituida por la Aviación Legionaria, con sus unidades de caza, bombardero, reconocimiento y asalto italianas encubiertas “legalmente” bajo el manto de ser unidades del Tercio de Extranjeros del Ejército español y que, naturalmente, no fue nunca hostigada por los buques alemanes e italianos del Comité de No Intervención que patrullaban el Mediterráneo.